Vivía en una cueva un viejo león, ya cansado, al que además cada día le robaban parte de la comida que acumulaba tras una jornada de dura caza. ¿Y quién le robaba mientras él iba de caza? ¡Una astuta y joven zorra!
Y aunque el león nunca la había pillado ‘con las manos en la masa’, el resto de animales le había dicho quién era el ladrón que tantas veces le dejaba sin comer.
– ¡Maldita zorra!- se lamentaba el viejo león- ¿Cómo puedo pillarte y darte una buena lección?
Desesperado, le pidió consejo a un buen amigo, el guepardo. Después de pensar un rato, le dijo:
– ¡Ya lo tengo! ¿Y si te haces el muerto a la entrada de la cueva? En cuanto la zorra pase, ¡zas!, la sorprendes y le das su merecido.
– ¡Qué bueno, amigo guepardo! ¡Me parece una idea fantástica! Iré ahora mismo a ponerla en práctica.
El león decidió hacer caso al guepardo. Ese mismo día, se tumbó boca arriba a la entrada de su cueva y se quedó muy tieso, con las patas estiradas, a la espera de que la zorra llegara. Y sí, al cabo de un rato, apareció. Al menos, la vio por el rabillo del ojo. Entonces, aguantó la respiración para dar más aspecto de león muerto. Pero la zorra le miró de arriba abajo y para sorpresa del león, dijo:
– Vaya… ¡un león muerto! ¡Qué suerte la mía! Pero esperaré un poco, porque de todos es sabido que hasta que un león no se tira tres pedos, no está muerto… y todavía no he oído ninguno.
El león, que era muy ingenuo, creyó lo que la zorra acababa de decir, así que se concentró todo lo que pudo y…
– ¡Pffff! ¡Pffff! ¡Pfffff! – se tiró tres enormes y sonoros pedos.
– ¡Puaj!- dijo entonces la zorra- Creo que queda claro que los pedos de león son de lo más apestoso… y que este león además está bien vivito y coleando.
Y tras decir esto, se fue corriendo por donde había venido. Una vez más, la zorra había demostrado ser más astuta.
Moraleja: «El más astuto siempre saldrá victorioso»
(‘El león que se hizo el muerto’ – Fábula popular española)
Ay, la ingenuidad del león no pudo con la astucia e inteligencia de la zorra. No es cuestión de años ni de fuerza. Siempre ganará la batalla el más inteligente.
La astucia que vence a la fuerza: Aunque el león es un animal fuerte y temido, la zorra lo supera gracias a su inteligencia y picardía. En esta historia del león que se hizo el muerto, ni siquiera el plan (bastante ingenioso) del león, pudo engañar a la zorra, mucho más astuta e intuitiva.
Las apariencias, engañan: En ‘El león que se hizo el muerto’, el león finge estar muerto, pero la zorra sospecha y no se deja engañar fácilmente, lo que enseña a ser desconfiado y observador. Y es que la mentira muchas veces se disfraza muy bien de verdad. Es decir, que no todo lo que vemos a simple vista, es real. Sí, las apariencias, engañan.
«La desconfianza y la observación son dos grandes cualidades del astuto»
La ingenuidad y la falta de información pueden ser peligrosos: En esta historia del león que se hizo el muerto, el león se cree literalmente la broma de la zorra sobre los pedos, lo que muestra que ser crédulo puede llevarte al ridículo o al fracaso. Además nos recuerda por qué es tan importante tener conocimientos básicos. La información nos hace más poderosos, frente a los más ingenuos, que por desconocimiento, tienden a creer todo lo que escuchan.
El humor puede ser una gran herramienta, indicativo de inteligencia: La zorra no solo es astuta en esta fábula, sino que también utiliza el humor para descolocar y desenmascarar al león. Un relato divertido, una situación cómica, que sin embargo transmite un importante y profundo mensaje.
La experiencia no siempre garantiza sabiduría: A pesar de ser viejo, el león actúa de manera torpe y confiada, mientras que la joven zorra demuestra ser mucho más perspicaz.
