Perdona y olvida.

por chamlaty
Durante la Dinastía Ch’ing en China, en Yang Chou, había una persona llamada Ch’eng Pai Lin.

     Un día tuvo un sueño en el que el Bodhisattva Avalokiteshvara (Buda de la compasión) le decía, ‘Mañana el ejército Ch’ing llegará. De las diecisiete personas de tu casa, dieciséis sobrevivirán. Pero no puedes escapar de tu destino, más si enfrentarlo. Mañana Wang Ma Tze te matará, porque en una vida anterior tú le apuñalaste veintiséis veces y le mataste’. Entonces el Bodhisattva añadió, ‘Todavía hay un útil método que puede funcionar. Prepara un buen banquete mañana, y cuando venga, invítale a comer contigo. Después, permítele matarte. Tal vez eso cambie las cosas.’ El sueño era vívido y cuando Ch’eng Pai Lin se despertó a la mañana siguiente, salió y compró vino y verduras, las llevó a casa, y preparó el banquete.

    Entonces llegó el mediodía, alguien llamó a la puerta. Él abrió la puerta y dijo, ‘¿Eres Wang Ma Tze?.’ El hombre en la puerta pensó, «¡Que extraño!». ‘Soy del norte ¿Cómo sabías mi nombre?’ dijo. Su anfitrión le invitó a entrar y dijo, ‘… Eres bienvenido; he preparado un banquete para ti. ¿Te unes a él?.’ Entonces le contó el sueño que tuvo la noche anterior. ‘En mi vida anterior te maté con veintiséis puñaladas de cuchillo, así que en esta vida tú has venido a matarme. Cuando hayamos terminado esta comida, puedes hacerlo.’ Wang Ma Tze meditó sobre esto y dijo, ‘Pero si tú me mataste en la vida anterior, y yo te mato en esta, ¿No me matarás de nuevo en la siguiente vida? Esto seguirá y seguirá. No, decidiré no matarte.’ Entonces cogió su cuchillo e hizo veintiséis marcas en la espalda de su anfitrión para representar que la deuda había sido pagada.

     No sólo no mató Wang Ma Tze a su anfitrión, sino que después se hicieron muy buenos amigos.

 

Wang le dijo a su anfitrión, ‘El ejército Ch’ing está ejecutando en masa. No son razonables, así que lo mejor para ti y tu familia sería ir a Su Chou. Allí se está seguro.’ De modo que eso es lo que Ch’eng Pai Lin hizo.

     Este es un caso en el que el dolor se vuelve amistad y en el que se invierte la retribución que a uno le corresponde. De aquí podemos ver que es posible cambiar nuestro destino. (Maestro Hui Seng)

«Me pegó, me robó. Mira cómo me maltrató e hirió. Vive con esos pensamientos y nunca dejarás de odiar. Abandona esos pensamientos y tu odio y sufrimiento cesarán.» (Dhammapada)

 

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