Necesitamos un poco de decisión y de confianza en nosotros mismos para gestionar ese tiempo de ocio de manera que nos resulte satisfactorio y reparador. Por eso el ocio es algo importante y en cierta medida, el baremo de nuestra felicidad. No es fácil: cada uno es muy suyo, y lo que hace feliz a éste disgusta o aburre a aquél; hay quienes prefieren «programas» densos y activos, y quienes lo dejan casi todo a la improvisación.
Dentro de todas las posibilidades de ocio que podemos encontrar es muy importante dejar constancia del disfrute positivo de estas actividades.
El tiempo libre es un tiempo para vivir, para crecer, para aprender, para descansar y recuperar fuerzas; en definitiva, un tiempo que debe enriquecernos.
El tiempo libre nos abrirá un espacio a la creatividad, al conocimiento de ti mismo y a la relación con los demás.
El gran enemigo del tiempo libre:
• La pereza. Un poco de apatía puede estar bien, incluso reconforta. Pero en demasía frena iniciativas que pueden agradarnos mucho. Hay que controlarla. Y, si es caso, superarla con decisión y buen ánimo.
• El aburrimiento. Es difícil de evaluar porque algunas personas se aburren con unas cosas y otras personas se divierten con ellas, y al revés. Cualquier momento aburrido ya es negativo y hay que evitarlo. Por eso, a veces realizamos actividades en el tiempo libre, no porque nos apetezcan sino por evitar un posible aburrimiento.
Aburrirse no es lo mismo que no hacer nada. Podemos desear de vez en cuando no hacer nada, pero nadie desea aburrirse.
Un número importante de personas no sabe como disfrutar de manera sana y estimulante de sus momentos de ocio. Desarrollar habilidades para la práctica sana de actividades de diversión y de recreación, es uno de los factores contribuyentes al bienestar y la salud mental de los individuos.
Es el tiempo que nos merecemos, que delimitamos con hora y día, para hacer lo que realmente deseamos. Un tiempo que tiene la misma categoría que el dedicado al trabajo.
La manera más efectiva de utilizar nuestro ocio es aquella que nos proporciona diversión y contribuye además a nuestro desarrollo personal; ambas metas no resultan incompatibles. Un adulto puede, al igual que hacen los niños, aprovechar los aspectos lúdicos y divertidos de determinadas actividades para al mismo tiempo aprender con ellas.
Consejos para el buen uso del tiempo libre
• Cada quien elige qué hacer o qué no hacer.
• No existe solo en los días de descanso.
• Estate siempre ocupado. Lo que hagas en tu tiempo libre hazlo bien, lo mejor que puedas.
• No hagas actividades que te hagan caer en la rutina.
• Las decisiones que tomes, llévalas a cabo.
• Reconoce que hay un tiempo libre y que tienes que hacer algo con él. Practica la libertad y la responsabilidad en tu tiempo libre.
• Seamos realistas. Procuremos que nuestros planes vayan acordes a nuestra edad y sean coherentes con el momento físico y psicológico en que vivimos.
• El ocio también se comparte. Y, bien planteado permite entablar nuevas amistades o reafirmar las que ya forman parte de nosotros.
• Atrévete a ser original y único.
Visto en http://haciaunavejezdigna.blogspot.mx/