La leyenda de la ninfa Eco.

por chamlaty


Hace mucho tiempo, las ninfas habitaban los bosques y montañas. Eran jóvenes hermosas y alegres, a las que les encantaba reír, jugar y de vez en cuando, gastar alguna que otra broma.

De entre todas ellas, destacaba una por su hermosa voz: Eco. Era capaz de enamorar con el vibrar de su voz y ella lo sabía. Tanto es así, que se pasaba el día hablando, encantada de escucharse.

Además, al ser educada por las musas, tenía el don de utilizar las palabras más bellas. Así que no cesaba en utilizarlas todas.

Eco hablaba tanto, que a veces molestaba a sus compañeras. Además, era tan bromista, que incluso sus bromas llegaban a ser demasiado pesadas para el resto de ninfas.

En una ocasión, Eco distrajo con sus hermosas palabras a un pastor para que sus ovejas se escaparan, y el pobre pastor, al comprobar lo que había pasado, corrió tras los animales desesperado, mientras Eco reía sin parar.

Pero no era las bromas de Eco lo que más molestaba a la diosa Hera, sino el interés que su marido, Zeus, sentía por ella. Él se quedaba embelesado escuchándola. Y un día, se cansó y, muerta de celos, decidió castigar su osadía.

Hera retiró la voz a Eco, impidiéndola comenzar ninguna conversación. La ninfa solo podría repetir las últimas palabras de aquel que se dirigiera a ella. Así, la pobre Eco, avergonzada y sin poder expresar sus pensamientos y sentimientos como antes, se refugió en soledad en los bosques de las montañas.

Pasado un tiempo, Eco se enamoró de un pastor, llamado Narciso. El joven era realmente hermoso, pero Eco no podía hablar, y le seguía escondida, en silencio, por miedo a ser descubierta.

Un día, Eco pisó una rama y Narciso la descubrió. Pero como Eco no podía hablar, salió corriendo.

La ninfa buscó la ayuda de los animales del bosque para que pudieran explicar a Narciso lo que sentía. Y, cuando el joven se enteró, comenzó a reír…

La pobre Eco se retiró muy triste a una cueva, lejos de los ojos de todos. Narciso, más tarde, recibió un castigo… aunque esa es ya otra historia.

Esta historia que nace de la mitología griega, la leyenda de Eco.

La persona vanidosa al final se queda sola: Eco era hermosa y tenía un gran don, pero en lugar de optar por la humildad, prefirió presumir de su don frente al resto, hasta tal punto de conseguir el rechazo de sus compañeras. Al final, la vanidad es respondida con desprecio.

No te burles de los demás o los demás terminarán burlándose de ti: O como diría el refranero español: ‘el que ríe el último, ríe mejor’. Si te burlas constantemente de otros, al final querrán devolverte las bromas, y serán seguramente mucho más pesadas.

El amor también puede ser cruel: El amor no siempre es correspondido. Y es precisamente lo que vemos en esta leyenda de Eco. A veces, el amor puede doler. Cuando el amor no es correspondido, incluso puede llegar a ser cruel. Debemos estar prevenidos para ello.

«¡Cuidado! La vanidad muchas veces es castigada con el desprecio…»

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