La Ley Federal de los Derechos del Contribuyente (LFDC) fue creada en 2005, derivado de la necesidad de promover y fomentar una cultura contributiva que permita la incorporación voluntaria y espontánea de los contribuyentes a la recaudación, regulando dentro de su contenido: información, difusión y asistencia al contribuyente, derechos y garantías en los procedimientos sancionadores y de comprobación, así como los medios de defensa que tienen ante la actuación de las autoridades fiscales.
La relación del pagador de impuestos con las autoridades fiscales, cuyo fundamento es la fracción IV del artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, genera no sólo obligaciones sino también derechos, mismos que se enuncian de una manera clara en el artículo 2 de la LFDC, sin perjuicio de un sinnúmero de derechos adicionales, previstos en otras disposiciones. En este contexto, reconocemos la pertinencia de que algunas de tus prerrogativas como pagador de contribuciones fueran compiladas en un ordenamiento específico, pues ello ha favorecido no sólo el conocimiento de esos derechos, sino su fortalecimiento.
Sin embargo, aun hay camino por andar en la intención de hacer efectivos dichos derechos. Dos de las principales inercias a las que se ha enfrentado la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (PRODECON) en estos primeros meses de operación, son el desconocimiento del gobernado sobre la existencia de sus derechos y la incredulidad del propio contribuyente sobre los efectos que puede tener su ejercicio. En otras palabras, la renuencia del mismo contribuyente a exigir de las autoridades el trato, el respeto y los beneficios que el marco legal prometen, y que, al día de hoy, en diversos casos no se han visto materializados.
Los derechos que se establecen en el artículo 2 de la LFDC no son un favor o privilegio que las autoridades deban otorgar como una concesión graciosa. Son lo menos que puede esperar una persona que contribuye al sostenimiento del Estado y al orden que nuestra Constitución propone y que la inmensa mayoría de los mexicanos avalamos con nuestro esfuerzo cotidiano. Estas prerrogativas tampoco son de cumplimiento opcional o voluntario: tus derechos como contribuyente deben respetarse y las autoridades fiscales deben acatar su cumplimiento a cabalidad en todos los casos.
La PRODECON fue establecida para proteger, vigilar y observar que tus derechos no sean quebrantados. Para tal propósito, la Procuraduría realiza las actuaciones necesarias para asistirte y orientarte, emitiendo recomendaciones o proponiendo medidas correctivas, enviando observadores e imponiendo multas a las autoridades fiscales cuando así sea procedente.
Como contribuyente, debes saber que en todo momento tienes derecho a que la autoridad fiscal te informe y te asista; que te devuelva las cantidades que pagaste indebidamente o en exceso; tienes el derecho de exigirle a la autoridad fiscal que invariablemente se identifique cuando se dirija a ti; a obtener copias de las declaraciones presentadas; a no aportar documentos que ya hubieres aportado previamente; a que cualquier tipo de información que entregues tenga el carácter de reservada; a que las autoridades se dirijan a ti con respeto; tienes derecho a corregir tu situación fiscal. Entre muchos otros derechos más, finalmente destacaría tu derecho a ser asesorado ante las actuaciones de las autoridades fiscales, para lo cual puedes acudir con profesionistas privados —que hay muchos y muy buenos—, con las propias autoridades hacendarias y, destacadamente, con la PRODECON, que es un organismo público creado para atender, asesorar y proteger a los contribuyentes, y cuyos servicios son absolutamente gratuitos.
Todos estos derechos ya los tenías aun antes de la creación de la PRODECON. Nosotros somos un facilitador, un apoyo, un asesor, un observador, encargado de tutelar la plena vigencia de tus derechos, pero eres tú quien los ejerce y quien debe estar consciente del poder que tiene como contribuyente.
Si bien es una de las atribuciones de la Procuraduría, todos podemos ser observadores de las actuaciones de las autoridades fiscales. Cuando los contribuyentes levanten la voz ante las arbitrariedades, denuncien la afectación a sus derechos y demanden el cumplimiento de las promesas que desde la Constitución y las leyes les hace el Estado mexicano, las autoridades —o, más bien, aquéllas que no lo hayan hecho aun— aprenderán a tomarse en serio los derechos de los causantes y tendrán presente el costo que tiene la afectación a éstos.
Es importante, pues, que todos trabajemos en la labor de constituirnos como fiscalizadores del Fisco. Es primordial que todos cumplamos con nuestro deber constitucional de contribuir a los gastos públicos, pero también lo es que ello se lleve a cabo con absoluto respeto a los derechos de los contribuyentes y dentro del esquema que delimitan la Constitución y las leyes aplicables.
La mejor manera de hacer valer tus derechos es conociéndolos. Si no los conoces, acércate a nosotros —o al asesor que consideres conveniente— para que te los expliquemos; si los conoces, asesórate, ejércelos y defiéndete ante los abusos.
¡Acércate a la PRODECON!
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