La imagen anterior podría hacer reír a más de uno y divertir a otros.
Y, sin embargo, es un cuadro vendido por más de 30.000.000 € a un mecenas que conoce su valor total.Esta pintura cuenta una historia trágica y conmovedora que vengo a compartir con ustedes.
Un pobre anciano de la época del gran Luis XIV fue declarado culpable de robar una barra de pan y condenado a muerte, pero una muerte trágica: morir de hambre.
Su hija, al enterarse de su dolor, pidió permiso para visitarlo. En cada visita, los guardias registraron adecuadamente a la joven y al bebé de 6 meses que llevaba. Entonces déjela visitar a su padre, una vez al día.
Al final del cuarto mes, al darse cuenta de que el condenado no estaba muerto ni delgado, las autoridades decidieron vigilarlo de cerca. Y se hizo la observación: la hija y única visitante del anciano en cada una de sus visitas diarias alimentaba a su padre con la leche materna destinada a su bebé.
Informados, los jueces en lugar de enojarse y condenarla, se compadecieron de esta mujer frente al amor que tiene por su padre.
Pero también frente a los resentimientos y sentimientos de una mujer frente a la vida.
Dar primero la vida en el sufrimiento y protegerlo a toda costa.
Los jueces ordenaron la liberación del anciano y su hija.
Todo esto llegó a oídos de un gran pintor, que pintará este cuadro para inmortalizar la historia.
Esta historia nos lleva hoy a plantearnos ciertas preguntas: ¿Es la mujer solo el ser frágil y frágil que usamos a nuestro gusto?
¿Reconocemos siempre los sacrificios que hacen las mujeres para salvar nuestras vidas? ¿Nuestra felicidad?
¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para ayudar, amar y proteger a este ser que daría cualquier cosa por salvar una vida, sea lo que sea?
Pará meditar y reflexionar, la mujer es un ser extraordinario y maravilloso.
Se trata de una pintura fascinante que llama la atención por el tema que representa, unido estrechamente al concepto de piedad de la religión católica:
Cimón visita a su padre, Pero, condenado a muerte por inanición y esta le ofrece leche de sus senos para alimentarlo. Esta escena, recogida en Hechos y Dichos Memorables del escritor romano, Valerio Máximo, se popularizó en toda Europa durante los s. XVI-XVII a través de la literatura, escultura o en pinturas como la de Caravaggio en Siete obras de misericordia, 1607, o Rubens, Caritas romana, 1612.
En esta pintura que se encuentra en la Catedral de Segovia, el personaje de Pero está representado por una mujer. De autor desconocido, guarda un gran parecido y coincide en siglo con la Caridad Romana del pintor alemán Johann Carl Loth, expuesta en el Wilanów Palast, Varsovia, y con la Caridad Romana adquirida en Roma en 1917 por el Museu de Montserrat, Barcelona, y cuya “búsqueda de autor” sigue en marcha.