Cada cual con su quimera.

por chamlaty

Bajo un amplio cielo gris, en una vasta llanura polvorienta, sin sendas, ni césped, sin un cardo, sin una ortiga, tropecé con muchos hombres que caminaban encorvados.

Llevaba cada cual, a cuestas, una enorme quimera, tan pesada como un saco de harina o de carbón, o la mochila de un soldado de infantería romana. Pero el monstruoso animal no era un peso inerte; envolvía y oprimía, por el contrario, al hombre, con sus músculos elásticos y poderosos; prendíase con sus dos vastas garras al pecho de su montura, y su cabeza fabulosa dominaba la frente del hombre, como uno de aquellos cascos horribles con que los guerreros antiguos pretendían aumentar el terror de sus enemigos.

Interrogué a uno de aquellos hombres preguntándole adónde iban de aquel modo. Me contestó que ni él ni los demás lo sabían; pero que, sin duda, iban a alguna parte, ya que les impulsaba una necesidad invencible de andar.

Observación curiosa: ninguno de aquellos viajeros parecía irritado contra el furioso animal, colgado de su cuello y pegado a su espalda; hubiérase dicho que lo consideraban como parte de sí mismos. Tantos rostros fatigados y serios, ninguna desesperación mostraban; bajo la capa esplenética del cielo, hundidos los pies en el polvo de un suelo tan desolado como el cielo mismo, caminaban con la faz resignada de los condenados a esperar siempre.

Y el cortejo pasó junto a mí, y se hundió en la atmósfera del horizonte, por el lugar donde la superficie redondeada del planeta se esquiva a la curiosidad del mirar humano.

Me obstiné unos instantes en querer penetrar el misterio; mas pronto la irresistible indiferencia se dejó caer sobre mí, y me quedé más profundamente agobiado que los otros con sus abrumadoras quimeras.

Reflexiones sobre el texto de Baudelaire ‘Cada cual con su quimera’

Este relato breve, ‘Cada cual con su quimera’, apareció publicado en una selección de poemas en prosa que buscaban reflexionar y profundizar sobre aspectos vitales que también aparecen una y otra vez en los versos del poeta maldito (Baudelaire pertenece a una generación de poetas del siglo XIX bautizados como ‘los poetas malditos’).

En esta ocasión, el poeta nos lleva a imaginar a un grupo de hombres que caminan sin saber a dónde van y que además llevan consigo un terrible monstruo que les oprime. Del texto, podemos sacar todas estas reflexiones:

Todos llevamos una carga sobre nuestros hombros: Nadie se libra. Todos llevamos un peso sobre nuestra espalda, algo que nos hace más difícil la vida. Por muy feliz que veas a otro, no lo creas: tal vez oculte que también lleva encima un monstruo que de vez en cuando le aprieta. Según el poeta francés, en ‘Cada cual con su quimera’, la vida en sí es un monstruo que nos oprime. Un día puede que todo salga bien, pero al día siguiente pondrá un obstáculo en tu camino…

Las ilusiones y sueños que forman nuestra quimera, en realidad son un monstruo que nos pesa: Baudelaire insiste en que aquello que llevan las personas es una quimera. Es decir, un sueño, una ilusión o una esperanza. La quimera, que es aquello que se anhela, que se desea, que nos impulsa a seguir adelante en busca de la meta, es en realidad, según el escritor francés, justo aquello que hace que nos encorvemos, que nos oprime, que hace nuestro caminar más lento y pesado. ¿Una paradoja? Tal vez no: aquello que nos suministra fuerzas para seguir andando (los sueños e ilusiones) es lo que nos provoca a la vez el cansancio. Es decir: luchar por los sueños nos consume. La siguiente pregunta es: ¿merece la pena?
Mejor vive el presente: Para Charles Baudelaire, el pensar constantemente en ilusiones relacionadas con el futuro es realmente angustioso y agotador. Su mensaje por tanto es ‘no pierdas tanto el tiempo en quimeras y vive el presente liberado de sueños tan lejanos’. Aunque al final, él mismo añade: la indiferencia es más angustiosa aún que el tener un sueño y luchar por él.
«Luchar por los sueños nos consume… ¿Merece la pena?»

 

www.actualizandome.com

Te podría interesar

Leave a Comment