Cuentan que hace mucho, un rey fue a su establo para buscar un animal que pudiera hacerle compañía. En seguida se fijó en las divertidas piruetas del mono. Le pareció, sin duda, un animal muy inteligente, ya que era capaz de imitar a los humanos. Desde entonces, el rey iba acompañado a todas partes por el mono. Le alimentaba con sus propias manos, y le inspiró tanta confianza, que hasta le dejó jugar con una espada.
Junto al palacio había un frondoso jardín que en primavera reverdeció hasta tal punto, que un día el rey sintió deseos de pasar un día entre los árboles. Allí se fue con su esposa y su inseparable animal de compañía. El resto de sirvientes, tuvieron que esperar en la entrada al bosque.
Después de andar un rato, el rey se cansó y propuso a su mujer dormir un poco. Pero antes, dijo al mono:
– Estoy cansado y quiero dormir. Asegúrate de que nada ni nadie perturbe mi sueño.
El mono asintió y decidió velar el sueño del rey.
El amigo tonto: Lo que hizo el mono cuando el rey se durmió
Pero en cuanto el monarca concilió el sueño, una abeja, atraída por el dulce néctar de las flores, comenzó a revolotear sobre la cabeza del rey para posarse en sus cabellos. El mono, enfadado, se dijo:
– ¿Qué es esto? ¿Voy a permitir que una abeja perturbe el sueño de mi rey?
Y comenzó a dar manotazos en el aire para espantar al insecto. Pero la abeja, tozuda, regresaba al instante y se volvía a posar sobre la cabeza del rey.
El mono cada vez estaba más furioso, y preso de ira, agarró la espada del monarca y asentó un golpe sobre la abeja, con tal puntería, que no solo mató al insecto, sino que también mató sin querer al rey.
La mujer del monarca se despertó al escuchar el ruido de la espada, y al ver lo que había sucedido, dijo espantada:
– ¡Mono tonto! ¿Qué hiciste al rey que tanto confiaba en ti?
Y aunque el mono intentó explicar que solo quería ayudar al monarca y asustar a la abeja, desde entonces, los humanos decidieron alejarse del mono y desde ese día, además de recordar el peligro de escoger ‘a un amigo tonto’, es bien famosa esta moraleja:
Moraleja: «Es mejor tener un enemigo astuto que un amigo tonto»
(‘El amigo tonto’ – Fábula popular hindú)
El rey que se dejó engañar: La verdad es que tener un amigo divertido está bien. Nos puede alegrar y podemos pasar un rato agradable. Pero es mejor tener un amigo inteligente. El rey se había dejado engañar por las apariencias. Pensó que el mono era muy listo porque era capaz de repetir lo que él hacía. Sin embargo, una cosa es imitar y otra bien distinta, crear o pensar. Y está claro que las apariencias, engañan.
La importancia de tener un amigo inteligente: A la hora de escoger un amigo (ya que los amigos los elegimos nosotros), debemos tener en cuenta que debe ser alguien con suficientes virtudes como para beneficiarnos o al menos, alguien que no nos haga daño. El mono era divertido, y parecía buen compañero, pero a la hora de la verdad, no solo no ayudó al rey cuando lo necesitaba sino que le hizo un daño irreparable. Y es que la falta de inteligencia, la ignorancia, es muy peligrosa. Tanto, que el mono terminó matando al rey. Y no fue queriendo, no. Lo hizo por falta de inteligencia.