Descansaba tranquila un águila en la cima de una montaña sobre su nido cuando vio asomar cerca del risco las antenas de un caracol. Asombrada, esperó a que el animal llegara junto a ella y le dijo asombrada:
– Pero caracol, ¿cómo con ese andar tan lento subiste a visitarme hasta tan arriba?
Y el caracol, sin sorprenderse demasiado, contestó:
– Señora águila, pues subí a fuerza de arrastrarme.
Moraleja: «Por muy difícil que parezca, todo se puede lograr con esfuerzo»
(‘El águila y el caracol’ – Juan Eugenio Hartzenbusch )
- No digas ‘no puedo’; di ‘lo intentaré’: A veces ni siquiera empezamos un proyecto con el que soñamos porque lo vemos complejo y no confiamos en nuestras posibilidades. Sin embargo, por muy complejo que veas ese trayecto o esa tarea, se puede conseguir. Con esfuerzo, eso sí. Con dificultades. Pero se puede conseguir. Tal y como consiguió el caracol llegar hasta la cima de la montaña en esta fábula corta del águila y el caracol.
- El premio al esfuerzo es la satisfacción de haberlo conseguido: Muchos pensarán. Bien, ¿y qué consiguió el caracol subiendo a la montaña? Llegaría agotado… ¡para nada! Pues no. Claro que consiguió algo: demostrarse a sí mismo que podía escalar una montaña, contra todo pronóstico, y llegar a la cima para saludar al águila y dar una gran lección a todos. Las carreras no se hacen contra los demás, sino contra uno mismo. Y el caracol ganó su particular carrera. El premio del esfuerzo es creer aún más en ti mismo y ser consciente de que puedes conseguir cualquier cosa.
- Combate la pereza: Muchas veces nos escudamos en una supuesta falta de habilidades o para no esforzarnos. O bien vemos que la tarea es demasiado compleja y no nos apetece gastar energías… Sea por falta de autoestima o porholgazanería, en numerosas ocasiones rechazamos un proyecto porque sabemos que supone un gran esfuerzo. A esto se le llama pereza, y en realidad no nos hace ningún favor. Más bien evita que consigamos objetivos, que lleguemos a la meta en numerosas ocasiones y que disfrutemos del éxito, de la alegría de conseguir un objetivo o de aprender algo nuevo que más adelante nos será de mucha utilidad. Si te quedas sentado y no te mueves porque supone un gran esfuerzo, nunca avanzarás.
«Sea por falta autoestima, de paciencia o por pereza, muchas veces abandonamos un proyecto antes de tiempo, sin haber logrado alcanzar la meta»
- No te rindas: persevera: El esfuerzo va unido necesariamente a la perseverancia, porque en plena carrera y esfuerzo llegará el cansancio, las dificultades, los obstáculos, y las ganas de abandonar. No será fácil, pero si una voz dentro de ti te susurra… ¡adelante! ¡sigue!, verás como al final lo consigues. El esfuerzo viene a ser esa barca que te lleva hasta donde tú quieras, y la perseverancia los remos con los que avanzarás hasta tocar tierra.