Paseaba un asno por la selva cuando se encontró una piel de león. ¡Qué contento se puso al verla! Se la puso por encima y sintió que su vanidad aumentaba.
– ¡Soy un león!- dijo el burro.
Y al ver que los animales se asustaban al verle, su vanidad crecía más y más.
Vio entonces a lo lejos una zorra y decidió asustarla también a ella. Envalentonado, se acercó al tiempo que intentaba imitar el gruñido del león. Pero en lugar del gruñido, le salió un débil rebuzno.
La zorra se dio cuenta del engaño y ni se movió. Ya cuando el asno estaba bien cerca, le dijo:
– Me hubieras engañado de no haber abierto la boca. Ahora ya sé quién eres en realidad.
Moraleja: «la vanidad al ‘vestirnos’ con falsas cualidades hará que la verdad salga pronto al descubierto»
(‘El asno con piel de león’ – Esopo)
«Intentar se otro solo nos produce una terrible frustración.»