Resulta que hace mucho tiempo, los gatos eran animales salvajes y vivían en la selva junto al resto de animales.
Una gata, que vivía en unos matorrales, se cansó de estar sola y decidió buscar al animal más poderoso de la selva para vivir con él.
Primero conoció a un gato que parecía muy fuerte y listo, y vivió con él un tiempo, hasta que un día, el gato fue atacado por un leopardo y el pobre no pudo con él.
– Vaya- dijo la gata- Tú sí que eres poderoso. Me iré a vivir contigo.
La gata vivió con el leopardo y fue muy feliz, hasta que un día, el leopardo fue sorprendido por un león que acechaba escondido tras un árbol. Y… ¡zas!, acabó de un salto con él. La gata entonces dijo:
– Tú sí que eres poderoso, león. Contigo debo vivir.
Así fue cómo la gata se fue a vivir con el león. Y fue feliz durante un tiempo, hasta que un día, que paseaban por la Sabana, el león fue aplastado de un pisotón por un enorme elefante.
¡Oh!- dijo asombrada la gata- ¡Sin duda tú eres el animal más poderoso!
Y la gata se fue a vivir con el elefante. Se lo pasaba muy bien jugando con él, y cuando estaba cansada, se acurrucaba entre sus enormes orejas.
Pero un día, la gata paseaba junto al elefante por la selva cuando el enorme animal cayó desplomado al suelo tras escucharse una detonación muy fuerte. La gata miró a su alrededor y vio a un pequeño humano con una escopeta en la mano.
– Ahora sí estoy segura… este es sin duda el animal más poderoso de la selva.
La gata se fue a vivir con el hombre y se acomodó en el tejado de su choza. Allí vivió el resto de sus días y fue muy feliz.
Desde entonces todos los gatos viven con los humanos.
LEYENDA AFRICANA.