¿Existe alguna forma de medir las propias fuerzas espirituales? Muchas.
Dinos tan sólo una.
Tratad de averiguar con que frecuencia perdéis la calma a lo largo de un solo día.
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Cuando se le preguntaba por su iluminación, el Maestro siempre se mostrabar eservado, aunque los discípulos intentaban por todos los medios hacerle hablar.
Todo lo que sabían al respecto era lo que en cierta ocasión dijo el Maestro a su hijo más joven, el cual quería saber cómo se había sentido su padre cuando obtuvo la iluminación.
La respuesta fue: «Como un imbécil».
Cuando el muchacho quiso saber por que, el Maestro le respondió:
Bueno, veras…, fue algo así como hacer grandes esfuerzos por penetrar en una casa escalando un muro y rompiendo una ventana… y darse cuenta después de que estaba abierta la puerta.
A un discípulo que se lamentaba de sus limitaciones le dijo el maestro:
Naturalmente que eres limitado. Pero ¿no has caído en la cuenta de que hoy puedes hacer cosas que hace quince años te habrían sido imposibles? ¿Qué es lo que ha cambiado?.
Han cambiado mis talentos.
No.
Has cambiado tú.
¿Y no es lo mismo? No. Tú eres lo que tú piensas que eres.
Cuando cambia tu forma de pensar, cambias tú.