Había una vez un hombre que recitó LA GRAN COMPASIÓN DHARANI durante aproximadamente 12 años, cada día por los menos 108 veces, y a veces muchas veces más.
Una vez viajando se detuvo por la noche en una posada. El posadero era un ladrón que esperaba que llegaran posaderos adinerados. Les daba un cuarto fino, les servía un vino adulterado con drogas y en la noche entraba en la habitación para robarles e incluso asesinarles. El hombre que recitaba la GRAN COMPASIÓN creyendo en el BHUDA no bebió el vino.
Aproximadamente a la una de la mañana, él oyó que alguien abría la puerta lentamente y entraba sigiloso al cuarto. Abriendo parcialmente sus ojos, vio el resplandeciente brillo del cuchillo a la luz de la luna. ALGUIEN PIENSA MATARME, pensó él, paralizado por miedo. En aquel instante, alguien golpeó la puerta. El supuesto asesino rápidamente puso el cuchillo atrás de su espalda y fue a la puerta. ¿QUIÉN ES? susurró. MI NOMBRE ES DOU SHU PENG, respondió. Dando un vistazo por el ojo de la cerradura, el posadero vio a un hombre vestido con el uniforme de la policía. ¿qué quiere usted? pregunto nerviosamente. HE VENIDO A VISITAR A MI AMIGO QUE SE QUEDA EN ESTE CUARTO. ¿puede usted decirle que pase por mi casa a visitarme por la mañana por favor? Si eso haré, respondió el posadero y el policía se marchó.
El posadero decidió que mejor no iba a cometer su fechoría esa noche. A la mañana siguiente el posadero dijo al huésped, UN AMIGO SUYO LLAMADO DOU SHU PENG estuvo aquí anoche, vino a invitarle a su casa, ¿DOU SHU PENG? pregunto el huésped y luego recordó que el MANTRA DE LA GRAN COMPASIÓN, hay una línea DOU SHU PENG. ¡SI! exclamo, REALMENTE TENGO TAL AMIGO, YO JUSTAMENTE ESTABA TRATANDO DE ENCONTRARLO.
MAESTRO HSUAN HUA