El cráter de Ngorongoro #África #Tanzania

por chamlaty

La Zona de conservación de Ngorongoro (en inglés: Ngorongoro Conservation Area) es una zona protegida situada a 180 km al oeste de la ciudad de Arusha, en las tierras altas volcánicas de Tanzania. La delimitación de la zona de conservación va a lo largo de la frontera del Distrito de Ngorongoro.

La zona protegida cubre una extensión de 8.288 km².

En el Área de Conservación de Ngorongoro podemos encontrar nueve volcanes, de los cuales solo uno de ellos está activo, el Oldoinyo Lengai. Así mismo, se encuentran dos de los sitios con mayor interés de Tanzania y renombre mundial, el impresionante Cráter de Ngorongoro y la Garganta de Oldupai, uno de los sitios más importantes para la investigación de la evolución de la especie humana.

El cráter de Ngorongoro es una de las mayores calderas volcánicas del mundo. Se formó cuando un volcán gigantesco explotó y se colapsó hace dos o tres millones de años. La caldera es un enorme cuenco con paredes de más de 600 metros de altura, cubiertas de bosques, más un suelo llano y fértil de unos 260 km2 de extensión. Este particular mundo natural se organiza en varios ecosistemas bosques, sabanas, lagos y pantanos, charcas saladas, tierras áridas, encajados en un área que no supera los 20 kilómetros de diámetro.

 

El cráter alberga unos 25.000 animales de muy distintas especies. Se considera una de las áreas más reducidas donde es posible ver a los cinco grandes, los cinco animales más representativos de África: el león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el rinoceronte (si se incluye al hipopótamo, entonces se debería ampliar la denominación a los seis grandes). Además, en el cráter es posible observar, con un poco de suerte, al exótico rinoceronte negro, posiblemente el mayor atractivo del parque. Otros animales que habitan el vasto valle son los búfalos, las hienas y los chacales, además de numerosos herbívoros, como el ñu, las gacelas de Thompson, las cebras, los antílopes y los impalas. También abundan las aves, como los buitres y las águilas, además de muchas aves acuáticas alrededor del lago Magadi, que atrae a centenares de flamencos debido a sus aguas poco profundas. La contemplación de la naturaleza es aquí la principal ocupación de los 400.000 turistas que cada año se acercan al cráter. Cogen un buen sitio y dejan deslizar las horas para extasiarse con el espectáculo. De hecho, en honor a la verdad, las vistas desde todos los rincones del cráter son un festín para los sentidos.

La población más cercana al cráter de Ngorongoro es Arusha, que dista unas dos horas por carretera. El aeropuerto más cercano es el Kilimanjaro internacional, a unos 40 kilómetros de Arusha. Una de las mejores opciones es volar hasta la capital keniata, Nairobi, y desplazarse en coche hasta el cráter tras un viaje de unas tres horas por carretera. La vida en el Ngorongoro se despierta temprano (si es que duerme alguna vez). Así que, si se ha concertado un safari, hay que salir de madrugada y bien abrigado, ya que la temperatura suele bajar de los 10 grados centígrados, aunque luego, por la tarde, superará los 25 grados. El descenso en todoterreno por las paredes del cráter, a través de los bosques espesos, corta la respiración. Además de las excursiones de uno o dos días en vehículo, también pueden realizarse caminatas de varios días, con o sin guía, por alguna de las siete rutas marcadas por todo el cráter. Sea a pie o a bordo de un todoterreno, el valle ofrece panorámicas de colores cambiantes que no se olvidarán en la vida. A cada trecho, el paisaje cambia con rapidez. Son admirables los pastizales, los bosquecillos de acacias, los bancos de arena a orillas del lago Magadi y las marismas cercanas.

Una maravilla de la naturaleza;

 

 

Sorprendente toda la naturaleza¡¡¡

 

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