Equilibrio.

por chamlaty

Un niño indio de unos 8 años, sale con su abuelo de caza. Su abuelo le enseña los misterios de la vida, la sabiduría del equilibrio natural:

El abuelo rió entre dientes. “Ese es ‘Tal-con’, el halcón”.

Las codornices alzaron el vuelo muy deprisa para refugiarse en los árboles, pero una fue más lenta. El halcón la alcanzó. Las plumas volaron por el aire y luego cazador y presa llegaron al suelo, y la cabeza del halcón subió y bajó al asestar los golpes certeros. Al cabo de un momento se alzó con la codorniz muerta entre las garras, remontando el vuelo por la ladera de la montaña hasta desaparecer más allá de la cresta.

No me eché a llorar, pero sé que me entristecí, porque el abuelo dijo:

“No lo sientas, hijo mío. Es el Camino. ‘Tal-con’ ha cazado a la más lenta, y esa codorniz no tendrá hijos que sean también lentos. ‘Tal-con’ se come un millar de ratas que roban los huevos de las codornices, tanto los huevos de las veloces como de las lentas, y de esa manera ‘Tal-con’ vive de acuerdo con lo que enseña el Camino. Ayuda a las codornices”.

El abuelo desenterró una raíz dulce con su navaja y la peló para que dejara brotar su jugosa reserva invernal de vida. La cortó por la mitad y me entregó el trozo más grueso.

“Ese es el Camino, dijo en voz baja. Se toma sólo lo que se necesita. Cuando caces un ciervo, no mates al mejor. Escoge el más pequeño y el más lento y de esa manera los ciervos se harán más fuertes y siempre te darán carne.

 

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