Seis eran los hombres de Indostán, tan dispuestos a aprender, que al Elefante fueron a ver (Aunque todos eran ciegos), pensando que mediante la observación su mente podrían satisfacer.
El primero se acercó al elefante, Y cayéndose sobre su ancho y robusto costado,en seguida comenzó a gritar: «¡Santo Dios! ¡El elefante es muy parecido a una pared!»
El segundo, palpando el colmillo, exclamó: -«¡Caramba! ¿Qué es esto tan redondo, liso y afilado? Para mí está muy claro, ¡esta maravilla de elefante es muy parecido a una lanza!»
El tercero se acercó al animal, y tomando entre sus manos la retorcida trompa, valientemente exclamó: «Ya veo,» dijo él, «¡el elefante es muy parecido a una serpiente!»
El sexto tan pronto comenzó a tantear al animal, agarró la oscilante cola que frente a él se encontraba, «Ya veo,» dijo él, «¡el elefante es muy parecido a una cuerda!»