La vida no es complicada. Nosotros somos complicados. La vida es simple, y lo simple es lo correcto» Autor: Oscar Wilde
De verdad que esto no puede ser tan difícil. Vivir, digo. Extrañamente, tendemos a en revesarlo todo y en vez de buscar la simplicidad nos place complicarnos la existencia y crear problemas en donde no los hay… como si una vida simple nos pareciera insuficiente o insustancial y solo aquella abarrotada de dificultades nos satisficiese.
La conclusión, nada del otro mundo, es que la vida es terriblemente fácil y que somos nosotros los empeñados en complicarla. Por ejemplo, y hablando solo de un caso muy extendido, si sabemos que en nuestro día a día nos encontraremos con personas tanto positivas como negativas, porque no dejamos simplemente a estas últimas detrás, si no nos importan y no nos empeñamos en una cruzada por cambiarlas, si es que nos importan.
Si hay entretenimientos, tareas, proyectos, aficiones, que nos hacen felices y otras labores que nos resultan ingratas, propiciemos y fomentemos las primeras y tratemos de descartar o reducir, en la medida que podamos, las que nos generan insatisfacción y angustia vital. No nos sintamos obligados a hacer, de por vida, aquello que nos empobrece o nos menoscaba.
Si sabemos que la vida no es una carretera llana, sino llena de altibajos, y en la cual unas veces estaremos cerca del cielo y otras a orillas del infierno, por qué nos angustiamos cuando descendemos o anticipamos un pronto fin cuando estamos arriba y no nos limitamos a gozar los buenos momentos, sin más, y a sobrellevar con serenidad los malos.
Y así podríamos continuar. Si sabemos que nadie tiene la razón absoluta, ¿por qué nos contrariamos ante las razones esgrimidas por los demás si no coinciden con las nuestras de principio a fin? Si el pasado, pasó, ¿por qué nos empeñamos en volver a él recurrentemente cuando nada podremos hacer jamás para cambiarlo? ¿Por qué vivimos siempre en el futuro como si fuera la solución para todos nuestros males, despreciando el presente constantemente? ¿Por qué si nadie es infalible, nos laceramos evitando perdonarnos errores que cometimos y que actúan sobre nuestra mente como una especie de condena de la que no seremos nunca absueltos?
En las religiones indias, un Acharya es una guía o instructor en materia religiosa, o un hombre muy sabio, o el título con el que se otorga a los hombres cultos.
LA ATENCIÓN CORRECTA (Orden Acharya de Budismo Chan/Zen)
1) Usted abrió, cierre.
2) Encendió, apague.
3) Contactó, corte.
4) Ensució, limpie.
5) Está usando algo, trátelo con cariño.
6) Rompió algo, repárelo.
7) No sabe arreglarlo, llame a alguien que sepa.
8) Para usar lo que no le pertenece, pida permiso.
9) Pidió prestado, devuelva.
10) No sabe cómo funciona, no intervenga.
11) Es gratis, no lo desperdicie.
12) No lo convocaron, no se entrometa.
13) No lo sabe hacer mejor, no critique.
14) No vino a ayudar, no perturbe.
15) Prometió, cumpla.
16) Ofendió, discúlpese.
17) No le preguntaron, no haga conjeturas.
18) Habló, asúmalo.
Reflexión final: «El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos.» (Fernando Savater)
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