Dale Carnegie relató la historia de un hombre que tenía una úlcera, agravada al punto de volverse muy peligrosa. Los médicos le habían dicho que tenía muy poco tiempo de vida. Dejaron entrever que debería comenzar con los preparativos para el funeral.
De repente, Háni – el paciente – tomó una decisión repentina: pensó que si tenía tan poco tiempo de vida, ¿por qué no disfrutarlo al máximo? Pensó: «Cuántas veces he deseado viajar por el mundo antes de morir. Con toda certeza, ésta es la oportunidad para hacer realidad mis sueños».
Compró su boleto y cuando los médicos se enteraron de sus planes, se quedaron absortos y le dijeron: «Debemos advertirle seriamente que si emprende ese viaje lo sepultarán en el fondo del océano». Sus argumentos fueron en vano y el hombre sólo respondió: «No, nada de eso sucederá. Les he prometido a mis familiares que regresaré y seré enterrado en la parcela familiar».
Emprendió así su viaje de júbilo y alegría. Le escribió una carta a su esposa diciendo: «Leo poesía y como y bebo todo lo que me había privado hasta ahora. He disfrutado en este período más de lo que había disfrutado en toda mi vida».
Dale Carnegie afirmó que el hombre se curó de su enfermedad y que el camino energizante que tomó fue el más exitoso a la hora de enfrentar las enfermedades y el dolor.
Moraleja: La felicidad, la alegría y la calma son a menudo más eficaces que las píldoras recetadas por el médico.
3 Comentarios
Muy buena reflexión, muchas gracias Maestro Miguel Chamlaty por compartir…Saludos!!!
ATENTO A LO QUE USTEDES COMPARTAN, adelante
Tiene mucho de cierto está reflexión la nostalgia y la tristeza enferman en alma y el cuerpo