Vivimos en un mundo de exigencias y de una feroz competencia; en las empresas nos llenan de cursos de capacitación, apuestan para que seamos funcionarios de excelencia, competitivos, con óptimos resultados; así es, queremos resultados, queremos muchos resultados, toda nuestra vida la basamos en resultados. Gastamos tiempo, energías y nos empeñamos de la mejor forma, ¿qué nos faltará para ser más eficientes?, ¿tal vez vivimos alocados haciendo y deshaciendo, en un frenesí de actividades y tal vez las prisas y el afán de hacer mucho nos quita la efectividad?
Uno de los deportes tradicionales de Alaska es la tala de árboles. Hay leñadores famosos con un gran dominio, habilidad y energía en el uso del hacha. Un joven que quería convertirse en un gran leñador, oyó hablar del mejor de los leñadores del país y decidió ir a su encuentro.
– “Quiero ser su discípulo. Quiero aprender a cortar árboles como usted”.
Él se aplicó en aprender las lecciones del maestro, y después de algún tiempo creyó haberlo superado. Se sentía más fuerte, más ágil, más joven, estaba seguro de vencer fácilmente al viejo leñador. Así desafió a su maestro en una competición de ocho horas, para saber cuál de los dos podía cortar más árboles.
El maestro aceptó el desafío y el joven leñador comenzó a cortar árboles con entusiasmo y vigor.
Entre árbol y árbol miraba a su maestro, pero la mayor parte de las veces lo veía sentado. El joven volvía entonces a sus árboles, seguro de vencer y sintiendo pena por su viejo maestro.
Al caer el día, para gran sorpresa del joven, el viejo maestro había cortado muchos más árboles que él.
– “¿Cómo puede ser?” – se sorprendió -. “¡Casi todas las veces que lo miré, usted estaba descansando!”.
– “No, hijo mío, yo no descansaba. Estaba afilando mi hacha. Esa es la razón por la que has perdido”.
Detente un momento y reflexiona: ¿Será que estoy gastando innecesariamente mis energías?, ¿que alocado me he puesto a cortar los árboles de la vida y no me he fijado que el hacha ya no tiene filo y por eso los resultados son tan pobres y hacen que tenga ese sentimiento de frustración, cansancio y desanimo? Todo en la vida se gasta, las fuerzas, el entusiasmo, la buena relación con una persona; es importante que hoy tomes tu hacha y, dedicándole un tiempo, le devuelvas la fuerza de su corte para que seas el primero en la olimpiada de la vida.