Después de haber atravesado un largo camino, un joven agente de ventas se acercó a un anciano que se encontraba sentado en una de las bancas de la plaza que está a la entrada del pueblo, y le preguntó sin previo saludo y con cierta arrogancia:
– Soy vendedor, ¿Me puede decir, cómo es la gente de este lugar?
– ¿De dónde vienes? Preguntó el anciano.
– De una ciudad muy lejana. Pero, ¿y eso que importa para que usted me pueda responder?
– Y dime, ¿Como es la gente de allá?
– La gente de esa fea ciudad es muy difícil, son muy egoístas, envidiosos, malvados, estafadores y soberbios… por eso me vengo a este lugar en busca de mejores oportunidades.
–Lamento decírtelo, pero los habitantes de aquí son iguales a los de tu ciudad.
El joven siguió su viaje sin dar las gracias, ni despedirse.
Horas después otro joven viajero llego también al pueblo, se acercó al anciano y le dijo con voz amigable:
– Buenas tardes señor, disculpe la molestia, mi nombre es Juan y vengo a trabajar a este pueblo, pero me gustaría saber ¿cómo es la gente de aquí?
¿De dónde vienes? Preguntó el anciano.
– De una ciudad que esta como a 8 horas de aquí señor. Pero últimamente existe mucha competencia y me gustaría; si es que no hay algún impedimento, empezar a trabajar en este pueblo que al parecer es muy grande y además se ve muy agradable.
– Y dime, ¿Como es la gente de allá?
– Las personas de donde vengo son muy trabajadores, amables y respetuosos, y también son hospitalarios, atentos, nobles y sencillos. Tenía tantos amigos, que me ha costado mucho trabajo tener que separarme de ellos.
El anciano levantó la cabeza, sonrió y le contestó:
– Pues aquí la gente es igual.
– Muchas gracias por su ayuda, contesto el joven, me quedaré a vivir un tiempo con ustedes y espero en Dios que me vaya bien.
Un hombre que también pasaba muchas horas en la misma plaza, no pudo evitar escuchar las dos conversaciones y cuando el segundo joven se fue, se acercó al anciano y le preguntó:
– ¿Cómo puede dar dos respuestas completamente diferentes si los dos jóvenes le hicieron la misma pregunta?
–En realidad todo está en nosotros mismos, contesto con seguridad el anciano. Quien no ha encontrado nada bueno en su vida, tampoco lo encontrará en otro lado. Por ejemplo: un alcohólico, un neurótico, un drogadicto o una persona mal hablada o problemática, no cambiara su vida por el simple hecho de cambiarse de lugar. En cambio; aquellas personas que tienen buena relación con los suyos y con las personas que están a su alrededor incluyendo a los desconocidos, también encontraran eso mismo aquí o en cualquier sitio, ya que las personas reciben todo cuanto ellos mismos estén dispuestos a dar a los demás.
Moraleja:
Todo lo positivo o lo negativo que encuentres en tu vida será consecuencia de tus actos y palabras hacia las demás personas con la que convives.
El ser humano está hecho de luces y de sombras (virtudes y defectos), pero algunos alimentan más una de las dos facetas que tenemos.
Todo en esta vida es como un bumerán que se te regresa según la intención con que lo lances.
En vez de preguntarte cómo te tratan los que te rodean, mejor pregúntate cómo los tratas tú… A la larga: la gente termina comportándose contigo como tú te comportes con ellos.
Antes de ver lo que otros hacen, lo mejor es observar lo que tú haces… Analiza si las actitudes de los demás para contigo no son más que tú propio reflejo.
ANÓNIMO.