Estaba el lobo comiendo, como de costumbre, a grandes bocados, porque el lobo era muy pero que muy glotón. Ese día comía una gallina que acababa de cazar. Pero de pronto, uno de los huesos se quedó atascado en su garganta y el lobo, no podía apenas respirar.
Por suerte para él, pasaba por allí una grulla, que, alarmada por los angustiosos gruñidos del lobo, se acercó para ver qué sucedía.
– Oh, grulla… ¡por favor, ayúdame!– gritó desesperado el lobo, ya casi sin aire- ¡Me ahogo por culpa de un hueso que se quedó atascado en mi garganta! Por favor, tú que tienes el pico muy largo, busca y saca el hueso que me ahoga. Te prometo que a cambio te daré lo que me pidas.
La grulla no confiaba demasiado en el lobo, pero aún así, terminó cediendo. No fuera a ser que al final le concediera el deseo. Si le salvaba la vida, ¡tenía que estar agradecido!
– De acuerdo- le dijo la grulla-. Pero después debes cumplir tu promesa.
– Claro que sí, grulla. ¡Corre! ¡Ayúdame!
Así que la grulla metió su pico y su largo cuello en las fauces del lobo y consiguió liberarlo del hueso que le ahogaba. El lobo por fin podía respirar.
– Lobo, ahora debes cumplir tu promesa- le pidió la grulla.
– ¡Qué necia eres!– contestó el lobo- ¿Acaso no es suficiente recompensa el no haberte comido? Recuerda que he tenido tu cabeza entre mis dientes.
Moraleja: «No debes fiarte nunca de quien no alberga bondad en su corazón. No saben lo que es la gratitud ni son capaces de valorar la bondad».
(El lobo y la grulla – Esopo)
No te fíes de aquel que no alberga bondad en su corazón: Con ‘El lobo y la grulla’, Esopo advierte de la inutilidad de hacer el bien a las personas que no albergan nada de bondad en su corazón. Porque, según él, las personas sin bondad son incapaces de ser agradecidas. De ahí la importancia de explicar a los niños que no pueden fiarse de todo el mundo, sino que deben desconfiar de aquellos que no lleven buenas intenciones.
El egoísmo anula el valor de la gratitud: El lobo es incapaz de cumplir su promesa porque representa a las personas egoístas que solo miran por su bien y son incapaces de valorar un acto de bondad.