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¿Cómo ser mejor? DANDO LO MEJOR.
Las metas comienzan con pequeños pasos en nuestro día a día y que nos llevan con toda probabilidad a conseguir nuestro deseo u objetivo final (cambiar del trabajo, mejorar la salud, las relaciones etc.). Realmente no se trata de hacer grandes cosas, pero sí de hacer cosas de forma consciente que no habíamos hecho antes.
Muchas veces no damos estos pasos por miedo a perder la “seguridad”. Podemos vivir la vida pensando «Virgencita, que me quede como estoy» o «mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer» o podemos dar un paso más allá e intentar descubrir nuevos caminos que nos hagan ¡vibrar! Después de todo ¡solo tenemos una vida! Pues aprovechémosla a tope. Si te da miedo perder la «seguridad», también perderás la libertad de elegir.
Seguridad y libertad no son buenas amigas. ¿Pero hay algo seguro además de lo que ya sabemos?
Disfruta del proceso
En realidad lo más valioso de ponerse una meta no es conseguir el objetivo final, sino disfrutar durante el esfuerzo y el aprendizaje. Por supuesto que conseguirlo es gratificante, pero es solo un momento. El día en que digas «lo conseguí», todo habrá acabado. Y no se puede vivir permanentemente del éxito momentáneo, hay que seguir. Por ello no puedes parar de ponerte más metas al día siguiente, porque más allá de lograrlo, te sientes en esa nube de motivación y energía deseoso de hacer cualquier cosa que te plantees.
Cuando tienes una meta clara y decides ponerte a trabajar en ella, no puedes dejar que otros interrumpan o interfieran, debes protegerla como si fuera tu mayor tesoro. Decir “no” cuando sea necesario hará que te concentres en lo tuyo. Lo mejor para evitar distraerte es establecer tiempos y rutinas diarias.
Dice la frase «Para alcanzar algo que nunca has obtenido tendrás que hacer algo que nunca hiciste».