El gallo y la zorra.

por chamlaty


Un día un gallo se alejó del gallinero y se adentró en el campo, sin pensar en el peligro que podía correr, cuando lo vio una zorra, que se le fue acercando muy sigilosamente para matarlo.

Al verla, el gallo se subió a un árbol que estaba un poco alejado de los otros. Viendo la zorra que el gallo estaba fuera de su alcance, tomó gran pesar porque se le había escapado y empezó a pensar cómo podía atraparlo. Así que fue al árbol y comenzó a halagar al gallo, rogándole que bajase y siguiera su paseo por el campo; pero el gallo no se dejó convencer.

Viendo la zorra que con halagos no conseguiría nada, empezó a amenazar diciéndole que, si no se fiaba de él, ya le buscaría motivos para arrepentirse. Mas como el gallo se sentía a salvo, no hacía caso de sus amenazas ni de sus halagos.

Cuando la zorra comprendió que no podría engañarlo con estas tretas, se fue al árbol y se puso a roer su corteza con los dientes, dando grandes golpes con la cola en el tronco.

El infeliz del gallo se atemorizó sin razón y, sin pensar que aquella amenaza de la zorra nunca podría hacerle daño, se llenó de miedo y quiso huir hacia los otros árboles donde esperaba encontrarse más seguro y, pues no podía llegar a la cima de la montaña, voló a otro árbol.

Al ver la zorra que sin motivo se asustaba, empezó a perseguirlo de árbol en árbol, hasta que el gallo cayó agotado y la zorra consiguió cogerlo y comérselo.

Moraleja: «No sientas miedo nunca sin razón, porque puede ser tu perdición».

(‘El gallo y la zorra’- Don Juan Manuel)

 

No salgas nunca de casa sin la prudencia en el bolsillo: El gallo, todo confiado, se fue del gallinero sin tener en cuenta que se adentraba en un lugar peligroso. La prudencia es un valor que nunca debemos olvidar, incluso, aunque pensemos que vamos a un lugar seguro.

El miedo que nos paraliza: El miedo es una emoción básica necesaria, ya que en parte es el que nos ayuda a ser prudentes y a evitar riesgos. Sin embargo, el miedo también puede convertirse en nuestro peor enemigo. Es justo cuando pasa de ser advertencia a una soga que nos paraliza. El miedo, cuando se convierte en terror o pánico, anula la mente, no nos deja pensar, y nos empuja a cometer imprudencias impulsivas como la del gallo, que aún estando seguro en las ramas del árbol, comenzó a volar asustado de uno a otro hasta que cayó agotado.

La astuta zorra: La astucia es el gran don o habilidad de la zorra en esta fábula, que además no se da por vencida e intenta diferentes fórmulas hasta dar con la clave para cazar al gallo. Su perseverancia, unido a su inteligencia, les dará unos fantásticos resultados.

Los nervios que nos hacen perder: Tanto el miedo como la angustia nos provocan un estado de nerviosismo que lo único que hace es nublar nuestra mente. 

«Hay dos tipos de miedo: el que nos aporta prudencia y nos beneficia y el que nos bloquea, y nos perjudica»

 

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