Un hombre atravesaba un bosque de noche. Era el camino más rápido para llegar al pueblo, en donde pensaba dormir. El hombre llevaba un sombrero, y de pronto, una ráfaga de viento se lo llevó volando.
El hombre corrió tras el sombrero, pero no pudo hacer nada, y su sombrero acabó enredado entre las ramas de un árbol muy alto. El hombre pensó que no podría alcanzar su sombrero, así que lo dejó allí y siguió su camino.
Una semana después, otra persona del pueblo atravesó el bosque y volvió corriendo, muerto de miedo.
– Pero… ¿Qué te ocurre? – le preguntaron.
– ¡Un hombre agazapado entre las ramas de unos árboles ha intentado atacarme!- dijo con dificultad.
– Pero, ¿cómo era ese hombre?- insistieron los demás.
– No sé …- contestó él- solo vi su sombra. ¡Menudo susto!
– Seguro que te equivocaste- dijeron los más valientes- Iremos a comprobarlo.
El grupo de hombres más valientes se adentró en el bosque y todos ellos regresaron corriendo, al igual que el primer hombre, muertos de miedo.
– ¡Tenía razón!- gritaron muy asustados- ¡Hay una sombra que ni se mueve en lo alto de un árbol!
La noticia causó tal revuelo, que al día siguiente salió en el periódico del pueblo:
‘Un monstruo volador acecha a los habitantes de nuestro tranquilo pueblo’, decía el titular.
Los habitantes del pueblo cercano dieron la voz de alarma, y de ahí, a los pueblos colindantes. Y así fue cómo nadie, a partir de entonces, volvió a pasar por ese lugar del bosque, en donde un sombrero, que un día arrancó una ráfaga de viento, se convirtió en un terrorífico monstruo.
Los miedos a lo desconocido: Las emociones a veces son incontrolables, y la imaginación, que es muy poderosa, nos hace ver aquello que ni siquiera existe. En este caso, a pesar de que en las ramas solo había un sombrero, su sombra hizo pensar a la gente que pasaba por allí que era un monstruo. En el fondo, tememos mucho más a lo desconocido que a lo que podemos ver.
No te creas todo lo que dicen los demás: Ya lo has visto en este cuento, El monstruo volador, el hecho de que alguien diga que ha visto un monstruo no significa que sea verdad. Tampoco si lo dicen dos o tres personas… e incluso el periódico. Para asegurarte de que algo es verdad debes verlo y saberlo por ti mismo.
«La imaginación, muchas veces nos hace ver aquello que ni siquiera existe»