Vigilaba un perro a un rebaño de ovejas mientras el pastor descansaba, cuando de repente vio que se acercaba una zorra muy astuta muy despacito.
El perro la observó: la zorra se acercaba con delicadeza a las ovejas y hacía como que las acariciaba.
El perro se acercó entonces a la zorra y preguntó:
– ¿Qué haces, zorra?
– ¿No lo ves?- respondió ella- ¡Acaricio a las ovejas!
El perro le dijo entonces, de forma contundente:
– Muy bien, pues ya te puedes buscar ahora mismo otro lugar o verás qué fantásticas son las caricias que voy a darte.
La zorra entendió su mensaje y se fue de allí corriendo.
Moraleja: «No te fíes de las apariencias y busca la verdad. Los estudios y la experiencia te ayudarán».
Desconfía de las apariencias: Dicen que la mentira tiene una habilidad extrema para disfrazarse con el traje de la verdad y que apenas se note. Por eso, debemos desconfiar de la aparente verdad y antes de creerla, cerciorarnos de que no esconde nada.
La inocencia, la falta de conocimiento y la falta de experiencia suelen hacernos caer en la trampa de la mentira que se disfraza de verdad.
El conocimiento y la experiencia te harán ver la verdad: En esta fábula de Esopo, ‘La zorra y el pero’, el perro sabía que los zorros cazan y comen ovejas. Si no lo hubiera sabido, tal vez hubiera creído la mentira de la zorra, que solo se acercó a las ovejas con una clara intención: comérselas.
La desconfianza del perro en esta fábula ‘La zorra y el perro’, salvó la vida de las ovejas. Pero esta desconfianza nació de su conocimiento y experiencia. De ser un perro joven y sin conocimientos sobre el resto de animales, tal vez hubiera caído en la trampa de la zorra. De ahí la importancia de estudiar para que nadie nos pueda engañar.