Había un ratón que vivía debajo de un granero. Tenía la suerte de que había en el suelo un pequeño agujero por donde caían granos de trigo. Así que el ratoncito era feliz allí, porque tenía comida a diario sin tener que moverse.
El agujero además era tan pequeño, que el campesino no lo podía ver, así que el ratoncito estaba muy tranquilo: tendría alimento para siempre.
Pero al ratoncito le gustaba presumir mucho delante de sus compañeros:
– ¡Todos los días me llueven granos de trigo! ¡Una tonelada de ellos! Tengo trigo para aburrir… – Decía el muy fanfarrón.
– ¿De verdad?- contestó un día uno de los ratones- Entonces tendrás trigo de sobra para invitarnos…
– Oh, claro que sí- contestó orgulloso el ratoncito- Venid esta misma noche y os invitaré a todos. Tengo granos de sobra.
Así que los ratones ese día se fueron muy contentos con la invitación, mientras que el ratoncito que vivía bajo el granero, se quedó pensativo:
– Ahora a ver cómo hago para que caigan más granos de trigo, porque si van todos a comer, me dejarán sin reservas… Necesito tener muchos más granos por si acaso.
El ratoncito tuvo entonces una gran idea. Pensó que si hacía más grande el agujero, caerían más granos de trigo, y tendría mucho más alimento, así que buscó un martillo e hizo más grande el agujero.
– ¡Oh!, ¡funciona!- dijo el ratoncito- ¡Qué maravilla! Lo haré más grande aún, para tener muuuchos más granos. ¡¡Seré el rey de los granos de trigo!!
Y el ratoncito se puso a agrandar más aún el agujero… y más, y más… Y el agujero se hizo tan grande que sí, comenzó a caer mucho trigo, pero el granjero, al ver el enorme agujero en el suelo por donde se escapaba su trigo, lo tapó con cemento.
Y así fue cómo el ratoncito se quedó sin granos de trigo y tuvo que salir a buscar comida como el resto de sus compañeros.
Moraleja: «La avaricia rompe el saco. Aprende a detenerte a tiempo»
(‘El ratón bajo el granero’ – Esopo)
En qué consiste la generosidad. El valor de la generosidad consiste en ofrecer a otros lo mejor que tienes o aquello que piensas que el otro pueda necesitar. En este caso, el ratón que vive bajo el granero no quiere ser generoso, sino presumir de todo lo que tiene. Esto no es generosidad, sino vanidad.
Qué es la vanidad: El vanidoso quiere presumir de lo que tiene, pensando que así será respetado y admirado. Sin embargo, suele querer presumir de bienes materiales, y esto puede otorgarle un aspecto de prepotencia que no suele ser bien recibido por el resto.
La avaricia rompe el saco: La moraleja de esta fábula tiene que ver más con la avaricia, aunque es cierto que ésta llega a raíz de la vanidad del ratón que vive bajo el granero. Una vez que se da cuenta de todo lo que tiene de forma fortuita, quiere más, y más y más… y no es capaz de frenar sus ansias de avaricia a tiempo. ¿El final? Ya lo conoces… Nunca suele terminar bien.
«El vanidoso cree que será respetado por aquello de lo que presume, sin darse cuenta de que consigue el efecto contrario.»