Érase una vez una gallinita roja que encontró un grano de trigo.
– ¿Quién sembrará este grano? – preguntó la gallina.
– Yo no – respondió el perro.
– Miauuu… Yo no – dijo el gato.
– Yo no – dijo el cerdo.
– Bueno, pues entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y sembró el grano de trigo en la tierra y este creció muy, muy alto.
Entonces, al ver la planta crecida, la gallinita preguntó:
– ¿Quién cortará este trigo?
– Guau, guau… Yo no – dijo el perro.
– Yo no – dijo el gato.
– Oing, oing… Yo no – dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y cortó el trigo.
– ¿Y quién llevará el trigo al molino para hacer la harina? —preguntó entonces la gallinita roja.
– Yo no – dijo el perro.
– Miauuu… Yo no —dijo el gato.
– Yo no – dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
La gallina llevó el trigo al molino y más tarde regresó con la harina.
– ¿Quién amasará esta harina? – preguntó la gallinita roja.
– Yo no – dijo el perro.
– Ni yo – dijo el gato.
– Yo no -dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo -dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y la gallinita amasó la harina y luego horneó el pan. Y fue entonces cuando preguntó:
– ¿Quién se comerá este pan?
– ¡Yo, yo! – dijo el perro.
– Miauuu… ¡Yo! – dijo el gato.
– Yo – dijo el cerdo.
– Pues no… Me lo comeré yo y le daré algo a mis pollitos – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y ella y sus pollitos se comieron todo el pan.
Moraleja: ‘No esperes ninguna recompensa si no colaboras en el trabajo’
(La gallinita roja – Fábula popular)
Está claro que sin colaboración y trabajo, no se puede optar después a las recompensas que otros sí pudieron obtener:
Para disfrutar del premio… ¡esfuérzate!: El premio al esfuerzo es el premio más justo, sin duda. No hablamos del premio al primer clasificado, al mejor en algo… sino premio al esfuerzo. Está claro que quien no siembra, no recoge. En este caso, ni el perro, ni el gato ni el cerdo tenían derecho a disfrutar del pan porque ninguno colaboró en el trabajo de sembrar la semilla, recoger el trigo y amasar la harina.
Se trata de colaborar: Esta historia de ‘La gallinita roja’ también nos habla de colaboración. El premio a un trabajo individual también existe, pero en este caso se trata además de trabajo en equipo. Si todos hubieran colaborado, al final tanto el perro como el gato y el cerdo, hubieran podido disfrutar de la recompensa del pan y además la gallina no se hubiera tenido que esforzar tanto.
La colaboración también implica generosidad. Se ayuda sin esperar nada a cambio, aunque normalmente estos gestos de colaboración y generosidad suelen obtener una recompensa en forma de gratitud.