Volaba un águila sobre un campo lleno de flores, y al ver a una pequeña mariposa, llegó hasta ella y le dijo de forma altiva:
– Dime, mariposa, ¿de qué te sirven tus hermosas alas si apenas puedes remontar el vuelo y ascender más allá de estas flores? Yo en cambio, tengo estas fuertes alas con las que casi puedo rozar el cielo, y llegar hasta las cumbres más alejadas de la Tierra. ¿No te admira mi belleza? ¿No te apena tu pequeñez?
– Ay-dijo la mariposa- Nací diminuta, sí, pequeña y humilde, pero gracias a estas bellas alas y a mi esfuerzo, puedo contemplar desde bien cerca la belleza de las flores, y nutrirme del rocío que la mañana deposita en ellas cada día para mí. Y tú, sin embargo, que sobrevuelas las zonas más altas, ¿por qué tienes que bajar hasta la Tierra para alimentarte de las sabandijas que se esconden en la oscuridad?
– Veo que no entiendes…- dijo el águila.
– Lo suficiente, águila altiva- respondió la mariposa- Lo suficiente para preguntar: ¿quién es más noble: la que se alimenta de brillante y delicioso néctar o la que debe olvidar su grandeza y descender de las alturas para alimentarse, manchando así su esplendor?
Moraleja: «Quienes alardean de pertenecer a una alta jerarquía ,no saben que la ensucian con su comportamiento»
(La mariposa y el águila – Lorrin)
No es más noble el que forma parte de una jerarquía más alta: En ‘La mariposa y el águila’, el águila intentaba presumir frente a la mariposa de pertenecer a una élite más valorada, a un estrato superior, ya que sus alas le permitían llegar más lejos. Sin embargo, la jerarquía nada tiene que ver con el valor de cada cual, sino que eso depende del comportamiento y los valores que cada uno posea. No es más noble el más poderoso, sino el humilde y bondadoso.
La humildad es símbolo de nobleza: Lejos de pensar que la humildad pueda suponer sumisión, éste es sin duda un valor esencial que denota nobleza. No hace falta presumir de las habilidades que tenemos, o de lo que somos capaces de hacer, ni de la cantidad de veces que ganamos o lo poderosos que somos. El verdadero valor reside en saberlo y no presumir frente a otros con la intención de humillarlos.
El que intenta humillar, se desacredita: Una de las acciones más lamentables, que denotan baja autoestima y soberbia y vanidad, es la de intentar humillar a otro, como intenta hacer aquí el águila con la mariposa. Sin embargo, la humildad e inteligencia de la mariposa hacen que el águila salga derrotado y con la cabeza agachada.
El valor del esfuerzo también aporta nobleza: La mariposa le explica al águila que ella es pequeña, pero con su esfuerzo consigue una mayor grandeza que él. Y es que el esfuerzo, además de ayudarnos a conseguir nuestros objetivos, también nos aporta nobleza.
«La humildad, lejos de denotar sumisión, es un signo de nobleza y sabiduría.»
