Hace muchísimos años, según los mayas, los dioses crearon a todos los seres de la Naturaleza, y cuando terminaron, pensaron que alguien debía vigilar y cuidar de ellos, incluidas las plantas. Así que debían pensar en uno seres especiales, con habilidades sobrehumanas.
Los dioses, después de pensar y pensar, decidieron encargar este trabajo a los chamanes, los hombres más sabios de la selva. Ellos comenzaron a crear con barro cada viernes diferentes partes de los futuros guardianes de la Naturaleza, con paciencia y mucho esmero. En total tardaron siete semanas en crear uno.
Primero crearon los pies, muy parecidos a los de las lagartijas, para que pudieran correr mucho y rápido por todos los terrenos, y que nadie pudiera escucharlos. Cocieron con barro los pies y los dejaron secar.
Las piernas las hicieron con carne de venado. De esta forma, serían los más rápidos.
En el estómago añadieron maíz, para que nunca pasaran hambre, y en el pecho, un corazón creado a partir de uno de paloma y otro de jaguar. Así, serían tiernos como estas aves pero valientes y con coraje como los felinos de la selva.
Llegó el turno de los brazos. Para crearlos, los chamanes usaron carne de mono. Así se aseguraban de que pudieran ser ágiles y de que tuvieran la capacidad de trepar por los árboles.
El rostro tendría apariencia de ancianos. Los ojos, serían como los de la lechuza. Así que los aluxes podían ver en la oscuridad.
Y lo que más les costó a los chamanes fue ponerse de acuerdo en qué voz tendrían. Así, como no se decidían, al final le otorgaron a los aluxes todas las voces de la selva juntas.
Contentos por el resultado, los chamanes pedían en cada ceremonia dedicada a los dioses que otorgaran vida a sus duendes, y éstos salían corriendo al bosque, en donde se escondían ante los ojos de los humanos para trabajar en secreto, aunque de vez en cuando les encanta gastar bromas y hacer alguna que otra travesura.
Así que ya sabes: si andando por la selva escuchas un extraño sonido que imita al de varios animales juntos, pero no ves a nadie, tal vez sea un Aluxe. No les gusta mostrarse ante nadie, salvo a los niños, con quienes les encanta jugar.
Esta fantástica e increíble leyenda maya cuenta la historia de la existencia de unos seres mitológicos, unos pequeños duendes del bosque y de la selva que velan porque reine en ella la paz y la tranquilidad, aunque también gasten bromas y hagan muchas travesuras… ¡los duendes aluxes! De esta fascinante historia, podemos sacar todas estas otras ideas:
Cada animal tiene una habilidad especial: Sí, y lo mismo que los animales, nos pasa a las personas. Los chamanes fueron escogiendo las mejores cualidades de cada animal. Por eso otorgaron a los aluxes las patas de las lagartijas, las piernas del venado, el corazón de la paloma y el jaguar… Se busca la perfección, ya que el guardián de la paz debe ser perfecto y poder convivir con todos los animales. Igual que los animales, cada persona tiene un don o una habilidad especial.
La humildad forma parte de la perfección: Una de las cualidades que tendrían los duendes aluxes es que serían silenciosos y trabajarían sin mostrarse a nadie. Simboliza la humildad, que es la que nos lleva a ejecutar buenas obras sin hacer publicidad de ello.