El rey y la peste.

por chamlaty

Un rey árabe atravesaba el desierto cuando de pronto se encontró con la peste. El rey se extrañó de encontrarla en aquel lugar:

– Detente, peste, ¿a dónde vas tan deprisa?

– Voy a Bagdad- respondió entonces ella- Pienso llevarme unas cinco mil vidas con mi guadaña.

Unos días después, el rey volvió a encontrarse en el desierto con la peste, que regresaba de la ciudad. El rey estaba muy enfadado, y dijo a la peste:

– ¡Me mentiste! ¡Dijiste que te llevarías a cinco mil personas y murieron cincuenta mil!

– Yo no te mentí- dijo entonces la peste– Yo sesgué cinco mil vidas… y fue el miedo quien mató al resto.

Moraleja: ‘El miedo puede ser más destructivo incluso que aquello que nos asusta’

(El rey y la peste – Fábula árabe)

El miedo tiene dos vertientes: nos puede proteger de un peligro o bien causar un daño mayor. Lo importante es saber dónde está el límite y conseguir templar los nervios en caso necesario:

El miedo puede ser muy destructivo: En esta historia, el mal mayor no fue la enfermedad que acabó con la vida de tantas personas, sino el miedo, que hizo que el resto enfermera y creyera tener también la peste, hasta el punto de morir también. Y es que el miedo puede llegar a ser mucho más destructivo que aquello que nos infunde tanto temor.

El objetivo, dominar ese miedo destructivo: Para lograr controlar el miedo que nos hace daño, debemos templar los nervios e intentar rescatar al sentido común de aquel lugar en donde le hemos escondido. La razón es la única capaz de controlar el miedo. En situaciones de miedo paralizante, la única solución es intentar recuperar la calma y dejar a la razón que piense… ¿de verdad esto me va a poder? ¿de verdad es tan peligroso? ¿Cómo puedo superarlo?

«El miedo puede llegar a ser mucho más destructivo que aquello que nos infunde tanto temor»

 

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