Cuenta esta fábula que un ratón bastante ingenuo se hizo amigo de una rana. Pero la rana, que era bastante cruel, quiso burlarse de él, así que ató al ratón a una de sus patas, para que no pudiera ir a ningún lado sin ella.
Primero fueron a comer trigo a un campo cercano. Pero poco después, al acercarse a un pantano, la rana saltó al agua y se zambulló por completo en ella.
El ratón se ahogó, y su cuerpo, aún atado a la rana, salió flotando al exterior. Entonces un milano, que volaba por allí, lo vio, y se lanzó en picado a por su presa.
¡Menuda sorpresa se dio al tirar de él! No era un ratón solo, sino que atado a una de sus patas, llevaba también a una rana. Y así fue como al final la rana compartió el mismo triste destino que el ratón.
Moraleja: ‘Las burlas hacia los demás pasan factura. Las acciones que se hacen con maldad se pagan con la misma moneda’
(El ratón y la rana)
Escoge con cuidado a tus amigos: En esta fábula del ratón y la rana, un ratón, que obra de buen corazón, tiene la mala fortuna de hacerse amigo de una rana malvada. Y es que, en cierto modo, es cierto, que debemos escoger con cuidado a nuestros amigos, porque igual que algunos amigos nos ayudarán a crecer y a ser mejores, otros, pueden tener sobre nosotros el efecto contrario.
El daño que puede causar una burla: El ratón en esta fábula es la víctima de las burlas. Una crítica que hoy en día podríamos trasladar al bullying o acoso escolar. El niño al que hacer bullying al final es como ese ratón que recibe las burlas del que creía que era su amigo. Al final, su destino es muy triste.
Esta fábula de Esopo también nos habla de la importancia de no burlarse ni usar la crueldad con los demás. Las malas acciones al final son castigadas. En este caso, el ‘acosador’ es la rana. Se burla sin piedad del ratoncito, sin darse cuenta de que esa actitud al final acabará con él.