Un pavo real quiso hablar con la diosa Juno. Al verla, se quejó ante ella con estas palabras:
– Me has dado un canto espantoso. ¡No es justo! Cada mañana escucho el dulce trinar del ruiseñor. Toda la Naturaleza le admira y se detiene a escucharlo. En cambio yo no puedo cantar como él.
La diosa Juno le miró enfadada y le dijo:
– Calla, pájaro envidioso. Muchos quisieran tener los colores que tienen tus plumas. Sí, el halcón es veloz, y el águila valiente; el loro casi puede hablar como un hombre y el búho es el más sabio de los pájaros. Todos están contentos con su suerte, menos tú, que solo te fijas en lo que tienen otros.
– Pero es que mi voz… – intentó decir de nuevo el pavo real.
Y Juno, aburrida ante el estúpido lamento del pájaro dijo:
– ¡Calla o acabarás desplumado ahora mismo!
Y dando media vuelta, se alejó.
Moraleja: «Agradece todas tus cualidades antes de envidiar las ajenas’»
‘El pavo real que se quejaba a la diosa Juno’, una fábula de Fedro para niños y mayores.