Abandona toda ambición de ser el primero en iluminarte. No hay iluminación individual. Todos los individuos se unen con el todo. Buda llegó a la puerta del cielo. Por supuesto le estaban esperando.
Le abrieron la puerta, le dieron la bienvenida, pero él se volvió de espaldas, miró al mundo:
millones de espíritus en el mismo camino, luchando con dolor, con angustia, luchando por alcanzar esa puerta del cielo y dicha. El guardián de la puerta dijo: «Entra, por favor, te hemos estado esperando».
Y Buda contestó: ¿Cómo puedo entrar cuando aún otros no han llegado? No parece ser el momento adecuado. ¿Cómo puedo entrar cuando la mayoría aún no ha entrado? Tendré que esperar. Es como si mi mano hubiera alcanzado la puerta pero mis pies aún no hubieran llegado.
Tendré que esperar. La mano no puede entrar sola. Se dice en esta hermosa historia que Buda aún está esperando.
Tiene que esperar, nadie es una isla, formamos un continente, estamos juntos.
Los individuos pueden avanzar un poco, eso es todo, pero siguen unidos al conjunto.