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El joven discípulo era tan prodigioso que acudían a solicitar su consejo intelectuales de todas partes, los cuales quedaban maravillados de su erudición.
Cuando el Gobernador andaba buscando un consejero, fue a ver al Maestro y le dijo:
Dime, ¿es verdad que ese joven sabe tanto como dicen?
A decir verdad, replicó el Maestro con ironía, el tipo lee tanto que yo no sé cómo puede encontrar tiempo para saber algo.