Un padre y su hijo se separaron cuando el hijo era aún muy joven. Con el tiempo el padre se hizo muy rico, mientras que el hijo se hundió en las profundidades de la pobreza y la mendicidad
Un día mientras vagabundeaba, llegó a una magnífica casa, en donde su padre lo reconoció, pidiendo a su personal que lo trajera frente a él, al verlo solo notó a un hombre muy asustado y el hijo no lo alcanzó a reconocer, por lo que el padre lo dejó ir. Posteriormente pidió a su personal que le indicarán si quería trabajo, ofreciéndole que sirviera de apoyo en labores de la finca, de inmediato aceptó, y así fue que trabajo por muchos años para el hombre que él desconocía que era su padre.
Un día el hombre rico le dijo que en visto de los años de trabajo honesto lo recompensaría dejándolo a cargo de todos sus bienes. Pasados los años el hombre rico llamó a toda su familia y les dijo que el mendigo era su hijo de quien se había separado hace muchos años y que lo proclamaba heredero de todos sus bienes, cuando el mendigo escucho ello, se asombró pensando que había recibido algo muy inesperado, siendo que realmente era suyo desde el principio.
En la parábola anterior, el mendigo representa a los seres sensibles comunes, que no pueden imaginar su propia capacidad para la budeidad. El padre es BUDA, quien conduce a los seres sensibles, un paso a la vez en el camino de la revelación.
