Había una vez un laico que recibió los cinco preceptos. Al principio eran muy importantes para él y estrictamente los observaba. Al tiempo, sus antiguos malos hábitos emergieron y extraño el gusto por el vino. Él pensó, «entre los 5 preceptos, el relacionado con la bebida es realmente innecesario, ¿qué tiene de malo una pequeña copa de vino?
Compró unas 3 cajas de brandy y comenzó a beber. Mientras bebía, un pollo del vecino entro a su casa, de inmediato pensó me han enviado un bocado, lo preparó y lo degusto de manera posterior con más bebida.
Él bebió y comió la carne con lo cual también incumplió con el precepto de no matanza, así también con el precepto contra el robo, posteriormente llego la vecina a preguntarle si había visto un pollo. Al encontrarse ya alcoholizado, con voz confusa y balbuceando contestó «yo no he visto ningún pollo hip, hip» alcanzó a pronunciar muy poco entendible, por lo que nuevamente rompió otro precepto, contra la mentira.
Entonces mirando a la mujer de reojo, y notando que era muy bonita, vino a su mente un deseo carnal, rompiendo el precepto con relación a la conducta sexual y es así como un poco de bebida provocó que rompiera los 5 preceptos.
EL ALCOHOL NUBLA LA MENTE E IMPIDE LA SABÍDURIA INNATA DE ALGUIEN PUEDA SURGIR.
PARÁBOLAS BUDISTAS
