El Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses es un sitio de conservación de la naturaleza brasileña. Es un área protegida integral ubicada en la región nordeste del estado de Maranhão. El territorio del parque, con una superficie de 156.584 ha, está distribuido por los municipios de Barreirinhas, Primeira Cruz y Santo Amaro do Maranhão. El parque fue creado con el objetivo principal de la «protección de la flora, la fauna y la belleza natural, que están en el sitio.»
Gigantescas dunas de fina arena blanca, bañadas por decenas de lagunas con aguas cristalinas, componen el paisaje del desierto más grande de Brasil, que abarca 155.000 hectáreas de un paraíso tropical prácticamente salvaje. El Parque Nacional de Lençóis Maranhenses, refugio de aventureros y pescadores, es un universo mutante regido por la dinámica de la naturaleza. Su belleza singular y tradicional cultura revelan el oasis más exuberante del nordeste brasileño. Tanta diversidad atrae a miles de turistas procedentes de todas partes del mundo. En la temporada alta, que va de junio a agosto, hay tanto movimiento que los moradores de las comunidades del río Preguiças abren sus puertas para recibir a los visitantes.
Insertado en el bioma costero marino, el parque es un exponente de los ecosistemas de manglares, restinga y dunas, asociado a vientos fuertes y lluvias regulares. Su gran belleza escénica, junto con los paseos por los campos de dunas y la posibilidad de bañarse en las lagunas, atraen turistas de todo el mundo, que visitan el parque durante todo el año.
El parque está situado en la Microrregión de los Lençóis Maranhenses, al norte de Brasil, en la costa noreste del estado brasileño de Maranhão, Marañón en español. Con un perímetro de 270 km y 156.584 hectáreas, el parque se encuentra en el bioma marino costero, con ecosistemas de manglares, marismas y dunas. Tiene unas 90 000 hectáreas de dunas y lagunas de agua dulce interdunas libres, amplias zonas de marisma y de costa del océano. El área de dunas cubre de 5 a 25 km hacia el interior desde la costa. Aquí nace el Río Preguiças, que divide el parque hasta su desembocadura en el Océano Atlántico.
A pesar de la zona desértica, la región tiene dos estaciones: la estación de lluvias, que va de enero a julio, y la seca, de agosto a diciembre. Las lluvias contribuyen al control de la humedad en la región y la formación de lagos. Entre diciembre y enero, y en ocasiones a finales de febrero, en el período de transición entre la estación lluviosa y seca, en los Lençóis Maranhenses, ocasionalmente algunas lagunas se secan.
El parque tiene varias entradas. La sede principal del parque está a unos 260 km de la capital del estado de São Luís, en las orillas del río Preguiças. Desde allí, el acceso al parque puede realizarse por tierra a través de la carretera BR 135, o por vía marítima entrando en cauce del río Preguiças en Atins, o por vía fluvial desde Barreirinhas a través del río Preguiças y por vía aérea, por el aeropuerto de Barreirinhas. El mejor acceso terrestre a las dunas y las lagunas más grandes del parque es a través de Santo Amaro do Maranhão localidad cercana a São Luís que queda justo frente a otra entrada al parque, a donde se llega por la nueva BR-402. Por vía aérea se puede llegar también a través del Aeropuerto Internacional de São Luís y de allí por vía terrestre hasta Santo Amaro (235 km al oeste).
Los paseos en barco por el río Preguiças, en jeep por las dunas y en avión sobre el Parque de Lençóis son buenas opciones para explorar los paisajes preservados que proporciona la práctica del ecoturismo. Todas las mañanas, guías de empresas locales parten con grupos de turistas desde la ciudad rumbo al parque con destino a lagunas como Azul, Bonita, Gaivota y Peixe. El trayecto incluye una travesía del río Preguiças a bordo de balsas movidas a motor o con remos. Al llegar a la otra orilla es necesario recorrer un camino de tierra en plan de aventura.
El recorrido en barco baja por el río en dirección al mar. Para los interesados en conocer los hábitos locales y disfrutar de la hospitalidad de los habitantes, visitar los pueblos tradicionales es una excelente opción. Entre estos se destaca Mandacaru, el cual posee un faro desde donde se puede contemplar la bella vista del desierto; Caburé, localizado en una península en donde el río y el mar corren paralelamente, separados por una distancia de apenas cuatrocientos metros, y Atins, refugio de belleza extrema, ideal para quien vino a alejarse de centros urbanos y en busca de tranquilidad.
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