A medida que vamos envejeciendo, tenemos la percepción de que el tiempo transcurre más rápido y que no nos alcanza la vida para hacer las cosas porque los días transcurren de manera acelerada.
Aquí tienes cuatro recomendaciones para que el tiempo «dure más»:
Lánzate a la aventura: Vivir nuevas experiencias, de alguna forma, ralentiza la percepción del tiempo. ¡Vive la vida y haz cosas que nunca has probado! Prueba ese plato picante de la India, vete de vacaciones a un lugar nuevo, sal a pasear durante el amanecer, entabla conversación con un desconocido, apúntate a algún curso…
Aprende técnicas de relajación: La relajación nos ayuda a reducir el estrés y disminuye la presión del tiempo.
Práctica meditación o mindfulness: Estás prácticas nos ayudan a vivir en el presente y mejoran los circuitos neuronales implicados en la atención, memoria y funciones ejecutivas que se han relacionado con la percepción del tiempo
Aprende a ser más organizado: La organización también reduce la presión del tiempo. Puedes seguir algunos de estos consejos: crear listas de tareas, hacer un calendario con todo lo que hay que hacer, gestionar bien el tiempo y delegar responsabilidades cuando sea necesario.
SIMPLEMENTE EJECUTA.