Lituania, oficialmente República de Lituania, es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea, constituido como un Estado social y democrático de derecho, cuya forma de gobierno es la república parlamentaria. Su territorio está organizado en diez condados. Su capital y, a su vez, la ciudad más poblada es Vilna. El pueblo lituano es étnica y lingüísticamente hermano del letón y tiene lazos históricos y culturales con los países bálticos, aunque —a diferencia de estos— la mayoría de su población es católica.
Durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918, Lituania estuvo ocupada por Alemania, declarando otra vez su independencia el 16 de febrero de 1918. Entre 1918 y 1921 libró una guerra contra la recién proclamada República de Polonia, que había intentado anexionarse el Estado Lituano. La guerra se saldó con la pérdida del 20 % del territorio lituano, con la capital Vilna incluida, por lo que la capital se trasladó provisionalmente a Kaunas.
Justificándose en los pactos germano-soviéticos, y tras un referéndum, en junio de 1940 las tropas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ocuparon el país, y en agosto de ese año Lituania fue anexionada, convirtiéndose en la República Socialista Soviética de Lituania; pero desde 1941 y hasta 1944 la Alemania Nazi expulsó al Ejército Rojo, por lo que una parte de la sociedad lituana percibió a los alemanes como sus libertadores frente al imperialismo bolchevique, pasando muchos de sus jóvenes a integrarse como combatientes destacados de las SS para ayudar a los nazis en la persecución y exterminio de los judíos lituanos y polacos, siendo asesinados unos 100.000 judíos en toda Lituania, 70.000 solamente en Vilna. Sin embargo, no les duró mucho porque, con la victoria militar del Ejército Rojo, y posteriormente el resto de tropas aliadas, sobre el ejército nazi, Lituania pasó a formar parte de la Unión Soviética, tras haberse acordado en el tratado de Potsdam de 1945.
Frente a ello grupos patriotas lituanos continuaron la guerra contra la Unión Soviética, mediante guerrillas que lucharon hasta 1956 que fueron finalmente derrotados. Los países occidentales consideraron esta anexión un acto ilegal (siguiendo la Doctrina Stimson), por lo que continuaron manteniendo relaciones diplomáticas con los representantes del gobierno de Lituania en el exilio, y no reconocieron a la RSS de Lituania como parte de la Unión Soviética.
En 1988 se formó el Movimiento Lituano por la Sąjūdis, que triunfó en las elecciones de 1989 en el Seima lituano, todavía perteneciendo Lituania a la Unión Soviética. En 1990 Vytautas Landsbergis fue elegido presidente, proclamando la independencia de Lituania el 11 de marzo de 1990, apoyado por la llamada Revolución Cantada. Hubo una dura réplica soviética con la ocupación militar de Vilna y la matanza de 13 civiles (enero de 1991), que forzó la suspensión de la medida en mayo de 1990. Sin embargo, en el año 2000, el político lituano Audrius Butkevičius, uno de los líderes del Sąjūdis, movimiento que capitaneó las movilizaciones para la independencia de Lituania, reconoció que no fueron las fuerzas soviéticas las culpables que provocaron la masacre, sino los propios independentistas lituanos, sus propias fuerzas paramilitares, pro-independentistas y personas pagadas, con el uso de fusiles de caza desde una serie de azoteas. Tras el fallido golpe de Estado de agosto de 1991 en Moscú, la independencia del país fue reconocida internacionalmente.
Desde su independencia en 1991, el Estado lituano ha hecho grandes reformas económicas, logrando pasar de ser una economía en recesión en 1991, a tener un crecimiento económico del 10,3 % en 2003, con importantes niveles de crecimiento previos a la crisis económica de 2008-2009, que ha golpeado muy duramente al país. Durante sus primeros quince años de autonomía, Lituania ha avanzado en la recuperación de su cultura, desde la lengua hasta la reconstrucción de bibliotecas, museos, iglesias y castillos abandonados por los soviéticos. El 1 de mayo de 2004 Lituania se convirtió en miembro de la Unión Europea después de haber aprobado la medida por referendo en 2003.
En la actualidad, al igual que sus vecinos Letonia y Estonia, Lituania se encuentra en negociaciones para adherirse al Consejo Nórdico y a la NORDEFCO (Nordic Defence Cooperation), una organización similar a la OTAN cuya misión es la cooperación militar entre los países nórdicos. También, cabe mencionar que tanto Lituania como Letonia se encuentran en negociaciones para convertirse en miembros de pleno derecho de la OCDE a más tardar en 2018, organización a la que Estonia ya pertenece desde 2010.
Lituania se ubica junto al mar Báltico que comparte con Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Polonia, Alemania, Dinamarca y Rusia. Lituania limita al norte con Letonia, al sureste con Bielorrusia (antiguamente parte del Gran Ducado de Lituania), al sur con Polonia, al suroeste con el enclave ruso de Kaliningrado (antigua ciudad lituano-prusiana) y al oeste con el mar Báltico. Está al noreste de Europa.
El clima, así como el relieve, son muy similares a los de los países escandinavos, por lo que la mitad del año nieva y se pueden apreciar grandes y bellos bosques, ríos y lagos en la mayoría del territorio lituano. Lituania es la más grande y poblada de las tres repúblicas bálticas. Es un país con una pequeña costa arenosa de 90 km, de los cuales sólo 40 están abiertos sobre el mar Báltico. Klaipėda es su principal puerto, está localizado en la desembocadura del golfo de Kuršių. La reserva natural del golfo de Kursiu, el parque nacional Kursiu Nerija, ha sido catalogado como Patrimonio Común de la Humanidad por la Unesco.
Su capital es Vilna y está considerada por los bálticos como «La Roma del Báltico». Entre 1920-1939 Polonia se hizo con la región en donde se encontraba Vilna (llamado por los polacos Wilno). Por esta causa, Kaunas pasó a ser la capital temporal de Lituania. Tras la anexión a la Unión Soviética de este territorio, Vilna volvió a ser la capital de Lituania.
En 2013 Lituania alcanzó el estatus pleno de país desarrollado según el Banco Mundial, y en 2015 el de Economía Avanzada por parte del Fondo Monetario Internacional. Hoy en día el país báltico tiene un Índice de Desarrollo Humano muy alto y está a la vanguardia en diferentes campos, como por ejemplo en educación, que tiene un sistema de excelencia en el que el 93 % de la población tiene estudios medio-superiores (bachillerato) o universitarios, habla al menos dos idiomas extranjeros y sus estudiantes ocupan el primer lugar a nivel de la UE en Matemáticas, Tecnología y Ciencias, contando así con uno de los mejores sistemas educativos del mundo. También, los lituanos ocupan el puesto número uno a nivel de la UE en crecimiento de la competitividad, el puesto número 28 a nivel mundial en igualdad de género (superando a países como España, Francia, Estonia o Rusia), el puesto número 32 en libertad de prensa (superando así a países como EE. UU., Reino Unido o Rusia), y el puesto número 43 a nivel mundial en el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional, encontrándose así en mejor situación que países como Italia, Grecia o la República Checa, y muy lejos de países como Rusia, México o Brasil.
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