Érase una vez Antonie, un zorrito que iba a la escuela en el bosque.
Un día la maestra les asignó una tarea que consistía en tomar del bosque 5 ramitas durante 10 días y hacer con ellas una figura.
Al final de los 10 días, todos expondrían sus figuras. La mejor escultura ganaría un regalo.
Todos los zorritos salieron hablando de lo que pensaban hacer; unos harían la torre Eiffel, otros un castillo, otros grandes animales. Todos se preguntaban cuál sería el regalo.
Los días pasaban y aunque Antonie decía que estaba avanzando en su tarea, la verdad era que no había empezado siquiera.
Todos los días al llegar a su madriguera, se ponía a jugar con lo que encontrara y a pensar en cuánto le gustaría comerse un pastel de moras.
Faltando un día para la entrega, la maestra le preguntó a los zorritos sobre sus avances con la tarea. Unos decían que ya habían terminado y otros que ya casi.
La maestra les dice:
Me alegra mucho oír eso niños. El que haga la escultura más bonita, se llevará este rico pastel de moras.
Era el pastel con el que Antonie soñaba. Al salir de la clase, Antonie corrió a su madriguera y en el camino tomó tantas ramas como pudo.
Llegó y comenzó a realizar su proyecto pero ya era muy poco el tiempo que le quedaba y no logró hacer su tarea.
Al llegar a su clase el día de la presentación, todos los demás llevaban bonitas obras menos Antonie.
Moraleja
Cuando pierdes el tiempo siendo holgazán, por perezoso y ocupándote de nada, corres directamente el riesgo de perder también muchas oportunidades, muchos premios que la vida te va dando.
Sea como sea, nada es mejor que hacer los deberes de antemano. El tiempo libre que queda después es más disfrutable, porque ya lo importante lo habrás realizado.