La República de la Isla de las Rosas (en esperanto Respubliko de la Insulo de la Rozoj) fue una micronación de existencia breve ubicada sobre una plataforma en el mar Adriático, a pocos kilómetros de la costa de Rímini, Italia.
La bandera de la Isla de Rosa era anaranjada, con un escudo blanco en el centro con tres rosas rojas con tallos y hojas verdes.
En 1964, el ingeniero italiano Giorgio Rosa pidió permiso para probar una nueva técnica para la construcción de una gran plataforma de 400 m² sostenida por nueve torres apoyadas sobre el lecho marino. La instalación fue construida y se abrieron sobre ella algunos establecimientos comerciales, incluyendo restaurante, bar, discoteca, tienda de recuerdos y oficina postal. Algunos documentos también mencionan una estación de radio, aunque este dato no está confirmado.
La isla artificial declaró su independencia el 24 de junio de 1968 con el nombre en esperanto de Insulo de la Rozoj. Acto seguido se creó una bandera y fueron emitidos sellos y moneda.
El gobierno italiano vio estas acciones como una táctica para obtener dólares del turismo sin pagar los impuestos estatales. Sea o no esta la razón real de la creación de esta micronación, la respuesta del gobierno italiano fue rápida y contundente: dos carabinieri y dos inspectores de hacienda desembarcaron en la Isola delle Rose y asumieron el control. Se dice que el Consejo de Gobierno de la plataforma envió un telegrama al gobierno italiano para protestar por la «violación de su soberanía y el daño infligido al turismo por la ocupación militar», pero el mensaje fue ignorado. Más tarde, el ejército italiano destruyó la instalación con explosivos; acto que sería retratado en sellos postales emitidos por el «gobierno en el exilio» de Rosa.
La plataforma se situó a 6,27 millas náuticas (11,612 km) de la costa italiana, próxima a Torre Pedrera, de la comuna de Rimini, 500 metros fuera de las aguas territoriales italianas.
La Isla limitaba exclusivamente con aguas internacionales, a excepción del lado suroeste donde llegaban al límite de las aguas territoriales italianas. La superficie de la Isla de las Rosas era de 400 m² (0,0004 km²), mientras que la de sus «aguas territoriales» era de 62,54 km².
La Isla de las Rosas se dio un «gobierno», formado de una Presidencia del Consejo de los Departamentos y de cinco Departamentos, subdivididos en Divisiones y Oficinas. Así estaba el Departamento de Presidencia, encabezada por Antonio Malossi, el Departamento de Finanzas, presidido por María Auvernia, el Departamento de Interior, dirigido por Carlo Clerks, el Departamento de Industria y Comercio, encabezada por Luciano Marchetti, el Departamento de Relaciones, encabezado por el abogado Luciano Mole, y finalmente el Departamento de Asuntos Exteriores en el que se encontraba a la cabeza Mezzini Cesarina.
La Isla de las Rosas adoptó como «lengua oficial» propia el esperanto, para establecer claramente su soberanía y la independencia de la República Italiana, y poner de relieve el carácter internacional de la nueva República.
Rosa no era un esperantista y para la adopción del esperanto como su lengua oficial fue asesorado por un esperantista boloñés, el padre franciscano Albino Ciccanti, muy activo en Rimini.
Se ha de recordar que del 18 al 23 de septiembre de 1965 se celebró en Rimini el 36º Congreso Nacional de la FEI, la Federazione Esperantista Italiana. Este evento debió ser el resorte comunicativo para la elección del esperanto.
La declaración de Giorgio Rosa fue hecha pública mediante una única conferencia de prensa el lunes 24 de junio de 1968.
La primavera en Rimini de 1968, como en el verano precedente, vio gran tráfico marítimo de la costa italiana a la Isla de las Rosas y viceversa, desatando creciente preocupación por parte de la fuerza del orden italiano.
Las acciones de Rosa fueron vistas por el gobierno italiano como una estratagema para obtener los ingresos turísticos sin el pago de los impuestos, dado que la Isla de las Rosas era fácilmente accesible desde la costa italiana.
Pronto la República Italiana dispuso una vigilancia por patrulleras de la Guardia de Finanzas y de la capitanía de puerto vecina a la plataforma, impidiendo a cualquiera, constructores incluidos, atracar, consiguiendo de facto un bloqueo naval.
En aquel momento la Isla de las Rosas tenía solamente un habitante estable, Pietro Bernardini, que, después de haber naufragado en el mar Adriático durante una tempestad, alcanzó la seguridad de la plataforma tras 8 horas en el mar; posteriormente contrató la plataforma para un año.
El 21 de junio de 1968 Rosa mantuvo una entrevista con el capitán Barnaba del Servicio de Información de Defensa, el servicio secreto militar italiano.
En el curso del verano de 1968 parece ser que la micronación se había dotado (o había intención de dotarse) de una pequeña estación radiofónica propia de onda media, presumiblemente a fin de disponer de un medio de información para sensibilizar a la opinión pública acerca de su causa y para contrarrestar las acciones represivas del gobierno italiano.
Cualquiera que sea la verdadera razón detrás de la micronación de la Rosa, el gobierno italiano respondió con rapidez y decisión: 55 días después de la declaración de independencia, el martes 25 de junio de 1968 a las 7:00 de la mañana, una docena de embarcaciones de la policía con agentes de la DIGOS, de los Carabineros y de la Guardia de Finanzas, rodearon y tomaron posesión de la plataforma, sin ningún acto de violencia. Fue prohibido cualquier atraque en la isla, y no se le permitió al guardián Pietro Ciavatta y su esposa, únicas personas en ese momento en la isla, desembarcar en tierra.
El «Gobierno de la República Esperantista de la Isla de las Rosas» envió un telegrama al Presidente de la República Italiana Giuseppe Saragat para quejarse de «la violación de su soberanía y el daño infligido sobre el turismo local por la ocupación militar», siendo ignorado.
El hundimiento y el sucesivo desmantelamiento duraron unos cuarenta días, finalizando cerca de mediados de abril de 1969.
El 6 de junio de 1969 Giorgio Zagari, de la Abogacía General del Estado, escribe su memoria para el Consejo de Estado que que debía decidir definitivamente.
El 17 de junio de 1969 la sexta sesión del Consejo de Estado se reunió en audiencia
Las reclamaciones de soberanía, independencia y derecho internacional adquiridos por los propietarios de la plataforma, eran infundados, en cuanto los ciudadanos italianos también fuera de Italia deben someterse a las leyes estatales (esto en extrema síntesis se evidencia en el ensayo de la Rivista di Diritto Internazionale de 1968).
En julio de 2009 han sido recuperados del fondo marino en la costa de Rimini algunos restos de la estructura metálica y de los muros.
GRAN HISTORIA¡¡¡