El aceituno y la higuera
El aceituno ridiculizaba a la higuera porque, mientras él era verde todo el año, la higuera cambiaba sus hojas con las estaciones.
Un día una nevada cayó sobre ellos, y, estando el aceituno lleno de follaje, la nieve cayó sobre sus hojas y con su peso se quebraron sus ramas, despojándolo inmediatamente de su belleza y matando al árbol.
Pero al estar la higuera desnuda de hojas, la nieve cayó directamente a la tierra, y no la perjudicó en absoluto.
Moraleja
No debemos burlarnos de las cualidades de los demás. Sobre todo cuando no sabemos a ciencia cierta cómo pueden utilizarlas para ser mejores en lo que hacen.
Con facilidad, creemos que existen sólo unas pocas cualidades que nos hacen mejores que los demás, y nos olvidamos que cada ser humano tiene herramientas diferentes para hacer las mismas cosas.
Por eso, siempre debemos fomentar el respeto. La aceptación y la tolerancia. Todo a partes iguales. Porque lo menos que queremos es que la vida misma nos dé una lección de por qué aquello que considerábamos una desventaja se convierta en una cualidad, mucho mejor que la nuestra.