El Pan de Azúcar es un morro situado en Río de Janeiro, Brasil, en la boca de la bahía de Guanabara sobre una península que sobresale en el océano Atlántico.
Geomorfológicamente, corresponde a un domo muy erosionado, compuesto de un monolito de granito y cuarzo que data del Cenozoico. Tiene 396 metros de altitud (1299 pies) sobre el nivel del mar.
Este pico es uno de los más llamativos entre lo varios morros monolíticos de granito que se elevan directamente del borde del mar en Río de Janeiro. Un teleférico de cristal artesonado (llamado «bondinho del Pan de Azúcar» en el portugués popular) con capacidad para 65 pasajeros, recorre una ruta de 1.401 metros entre los morros de Babilonia y Urca cada cinco minutos. La línea del teleférico original fue construida en 1912.
El cerro del Pan de Azúcar es un espectacular pico monolítico de granito, prácticamente sin vegetación, que se alza directamente sobre el mar como parte de una península que se adentra en el Océano Atlántico.
De los muchos morros que hay en la ciudad, el Cerro Pan de Azúcar es el único con estas características, lo que le confiere un encanto incomparable y permite que desde su cima, a 396 metros de altura, se tengan vistas privilegiadas de Río de Janeiro y la Bahía de Guanabara.
La imagen del Pan de Azúcar de Río de Janeiro y sus famosos Bondinhos o teleféricos, surcando los aires cariocas, es una de las postales más características de la ciudad y una de las imágenes más anheladas por los visitantes.
La historia del mundialmente conocido Bondinho do Pão de Açúcar (teleférico del Pan de Azúcar), se remonta a 1912 cuando se inauguró el primer tramo del teleférico que une la Praia Vermelha (Playa Roja) con el morro de Urca, convirtiéndose en el primer teleférico brasileño y el tercero en todo el mundo y situando a Río de Janeiro como un foco de atracción turística internacional.
El complejo turístico del cerro Pan de Azúcar en Río de Janeiro, está formado en realidad por dos morros o cerros, interconectados entre sí por dos tramos de teleférico que son independientes.
La primera parada llega a la cima del Morro de Urca y aunque la meta anhelada por todo visitante es alcanzar la cima del Pan de Azúcar, vale la pena detenerse primero a disfrutar de las vistas que se tienen desde los miradores de Urca, que además son mucho más amplios.
Desde allí la altura es perfecta para observar el barrio de Urca (dónde reside gente famosa como el cantante Roberto Carlos), la playa de Flamengo, el espectacular despegue y aterrizaje de los aviones en el aeropuerto Santos Dumont, e incluso, y si el día está claro, distinguir las construcciones más características del centro histórico de Río de Janeiro, como la singular estructura cónica de la Catedral Metropolitana.
Por otro lado, debido a la diferencia de altura entre el Morro de Urca y el Pan de Azúcar, puede ocurrir que desde Urca la visibilidad esté despejada mientras que la cima del Pan de Azúcar esté cubierta por nubes o niebla.
En la cima del morro de Urca hay además, una sala de exposiciones llamada Cocuruto, donde se puede hacer un recorrido por la historia del teleférico del Pan de Azúcar. Una amplia zona de descanso llamada Espacio Bahía de Guanabara alberga restaurantes, puestos de comida rápida, tiendas de recuerdos y servicios.
Se encuentran en este nivel además, un gran Anfiteatro donde se realizan diferentes tipos de eventos y, una plaza conocida como la Plaza de los Bondes ,ya que allí se exhiben los antiguos bondinhos que operaron a lo largo de los más de 100 años de historia del Camino Aéreo del Pan de Azúcar.
En Urca está ubicado uno de los dos helipuertos más usados para realizar los vuelos panorámicos sobre la ciudad de Río de Janeiro, el otro se encuentra en la Laguna Rodrigo de Freitas.
La segunda parada de la visita es la cima del Pan de Azúcar desde donde se tienen vistas impresionantes del Morro del Corcovado y su sorprendente Cristo Redentor; de la ciudad de Niterói, cruzando la bahía hacia el este y, de la preciosa curva de arena blanca que forma la playa de Copacabana.
Nada como disfrutar de una tradicional caipirinha (bebida típica brasileña a base de aguardiente de caña) o de un dulce y energético suco (zumo/jugo) de açai (fruto rojo típico de Brasil) mientras se contemplan las vistas, o si se prefiere saborear un café o una comida completa en los varios locales ubicados en la cima, especialmente del Morro de Urca, donde tampoco faltan las tiendas de recuerdos.
Una forma alternativa de alcanzar la cima del morro de Urca es caminando, en un recorrido de aproximadamente 30 minutos que se inicia a un costado de la playa Vermelha, para el que no se necesita guía.
Para los más aventureros, y experimentados, existe otra forma de acceder a la cima tanto del Morro de Urca como del Pan de Azúcar, escalando.
Los amantes de la adrenalina tienen en este enclave la experiencia perfecta, cuya recompensa no sólo es alcanzar la cima, sino la perspectiva única que se tiene de Río de Janeiro durante la subida. Además, el que lo logra recibe como premio la posibilidad de bajar usando el teleférico de forma gratuita.
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