Guadalajara es una ciudad y municipio español, situada en el centro de la península ibérica. Es la capital de la provincia homónima, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Está situada sobre un otero en la orilla izquierda del valle del río Henares en la parte más elevada de la meseta sur, entre las comarcas de La Alcarria y la Campiña del Henares. La ciudad se fundó sobre una eminencia acusada del terreno, entre dos profundos barrancos, el del Alamín y el del Coquín o de San Antonio, que traían sus aguas desde la cercana meseta alcarreña hasta el Henares.
La altura de la ciudad sobre el nivel del mar es de 708 metros medidos en la plaza mayor. El clima es mediterráneo continentalizado, con largos y fríos inviernos, y veranos cortos y muy calurosos. La media anual de temperaturas se encuentra en 13,1 °C y la de precipitaciones en más de 400 l/m².
La ciudad de Guadalajara fue fundada por los árabes, entre el siglo VIII y el ix. De esa época se cree proviene su nombre que podría venir del árabe andalusí «wād al-ḥaŷarah» (واد الحجرة o وادي الحجرة) dado al río Henares. En sus cercanías había existido un emplazamiento romano, cuyo nombre, Arriaca, puede tener el mismo significado.
Guadalajara debe su nombre a la castellanización del topónimo árabe andalusí «wād al-ḥaŷarah» (واد الحجرة o وادي الحجرة). Si bien este era el nombre dado originalmente al río Henares, que bordea la ciudad por el oeste, en un principio a esta se le atribuye el nombre de «madīnat al-Faray», según indica una crónica conservada del siglo x de Ahmad al-Razi. Su significado no está claro y es discutido; por un lado se apunta que puede significar «la ciudad de Faray», dando lugar a que el fundador o valí de la ciudad durante esa época fuese un hombre llamado Faray, hijo de Salim, fundador a su vez de Medinaceli (madīnat al-Sālim), y descendientes ambos de los Masmuda; por otro lado, se ha intentado traducir la primitiva palabra «faray» como «mirador» o «farallón», como zonas rocosas altas desde las que se vigila un paso.
«Wād al-ḥaŷara» era originalmente el nombre dado al río Henares, y posteriormente fue dado también a madīnat al-Faray. Comúnmente se ha traducido «wād al-ḥaŷara» como «río de piedras», haciendo referencia al escaso caudal del río y a la abundancia de cantos rodados en su lecho. A este respecto, Mahmud Ali Makki dio el significado de «wād al-ḥaŷara» como «valle de los castillos» o «valle de las fortalezas», entendiendo el término «wād» como sinónimo de «valle» y «ḥaŷara» como «castillo», «fortaleza» u otro edificio fuerte hecho con piedra. De hecho, en las orillas del que entonces era el wād al-ḥaŷara y hoy es río Henares se asentaban por aquel entonces numerosas fortificaciones, desde Sigüenza hasta Alcalá de Henares.
Los cursos fluviales que pasan por Guadalajara pertenecen a la cuenca del Tajo y por lo tanto vierten en el Atlántico. El principal curso fluvial que atraviesa el municipio es el río Henares, que nace en sierra Ministra y desemboca en el Jarama en el municipio madrileño de San Fernando de Henares.
Dentro del término municipal existen varios afluentes que desembocan en el Henares, arroyos de régimen estacional, que parte del año no llevan agua. En el margen izquierdo del río encontramos el único afluente con curso continuo, el arroyo de la Vega. También se encuentran los arroyos de la Olmeda, del Sotillo, de la Huerta, de la Limpia, de Zarraque, de Monjardín y de Colmenilla.
Cabe destacar el arroyo de Dueñas, que discurre por el margen derecho del Henares aunque no desemboca en él. Menos importantes pero que igualmente son ajenos al Henares son los arroyos del Portillo y el de las Peñas.
Palacio del Infantado
El Palacio del Infantado es uno de los lugares emblemáticos que ver en Guadalajara. Se trata de un palacio que ordenó construir Iñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado. Y es que en la historia de la ciudad, la familia Mendoza tiene unpapel protagonista. Además de nobles, se dedicaron a la vida política en España, y en Guadalajara ordenaron construcciones tan importantes como este palacio. Se construyó afinales del siglo XV en estilo gótico isabelino. Actualmente, es la sede del Archivo Histórico y del Museo Provincial de Guadalajara.
Conventos de las Carmelitas de San José y La Piedad
En la ciudad sobreviven dos conventos: el de las Carmelitas de San José, y el de La Piedad. El primero se construyó en el siglo XVII de la mano del arquitecto fray Alberto de la Madre de Dios y del maestro de obras Jerónimo de Buega. En el interior se conservan dos importantes obras: la Transverberación de Santa Teresa, de 1644, y las Tres mártires Carmelitas.
El convento de La Piedad también es conocido como Palacio de Antonio de Mendoza. Se construyó en el siglo XVI y se reformó en el siglo XIX cambiando un poco el estilo del edificio. Como convento existió hasta 1836. Después ha cumplido diferentes funciones: palacio nobiliario, convento, sede de la Diputación Provincial de Guadalajara, museo, cárcel e, incluso, Instituto de Educación Secundaria. Un imprescindible que ver en Guadalajara.
Panteón de la Condesa
Uno de los lugares de interés que ver en Guadalajara es el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo y Duquesa de Sevillano. Se construyó entre finales del siglo XIX y principios del XX por encargo de María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano. Lo mandó construir en honor a sus familiares fallecidos.
El panteón tiene dos plantas y en la superior hay una pintura sobre madera de un cristo falsificado y un monumento en el que está enterrada la duquesa.
El Hayedo de Tejera Negra
Si hay un lugar bonito que ver en Guadalajara provincia es el Hayedo de Tejera Negra, que se encuentra en Cantalojas y está integrado en el Parque Natural de la Sierra Norte.
Las hayas le dan un ambiente de cuento al bosque, y es uno de los mejores lugares en los que disfrutar del otoño en España. El suelo se cubre de musgo y crece el boletus edulis, un hongo muy preciado.
En 2017 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por lo que es uno de los lugares imprescindibles que visitar en Guadalajara.
Brihuega
Brihuega es uno de los pueblos que visitar en Guadalajara que más popularidad ha ganado en los últimos años. Especialmente, gracias a sus campos de espliego (el nombre de la planta de la que se extrae la lavanda), que se han lucido como nunca en Instagram. Ya no hace falta irse a la Provenza francesa para encontrar hectáreas y hectáreas de ese color lila tan característico, si no que basta con hacer una breve escapada.
Brihuega ha encontrado en esto un filónturístico y en julio, cuando se da la floración del espliego, se celebra el Festival de la Lavanda.
Sin duda mucho que visitar en GUADALAJARA¡¡¡.
A seguir recorriendo.