Empezaron intentando vender ropa, pero fracasaron y lejos de desanimarse se volcaron al sacrificio de vivir al día, de mantener sus trabajos mientras intentaban emprender.
Moisés se puso en contacto con un fabricante de zapatillas y vio la oportunidad de comenzar ese proyecto propio. Florencia se entusiasmó y casi con los últimos ahorros comenzaron comprando 5 pares. Florencia los subió al Facebook y al día siguiente la incipiente demanda marcaba los primeros pasos hacia el éxito.
El éxito de ventas los superó. Moises recuerda: “no teníamos como repartir lo que vendíamos en la semana, con vergüenza le pedí a mi suegro la camioneta”
Una vez solucionado el tema de logística se encontraron con una demanda que superaba la capacidad de entrega de su distribuidor, esta fue la primera crisis. Su negocio era un éxito pero no tenían zapatillas para entregar. Moisés dejó su trabajo y decidió buscar un fabricante para poder responder a la demanda y crear sus propios diseños. Todo fluyó hasta que una noche descubrieron que su fabricante estaba vendiendo las zapatillas, haciendo un negocio paralelo. La confianza se rompió, el vínculo se terminó pero los pedidos no paraban de inundar la página de Huarapa.
Florencia y Moisés decidieron ser ellos quienes fabricaran y con un tutorial de youtube entre manos emprendieron un nuevo camino: “decidimos fabricar sin saber”
Envalentonados con el cambio de rumbo alquilaron un galpón y aprovecharon la cercanía de la Navidad para lanzar una promo exclusiva. Fue un éxito total, la demanda superó cualquier expectativa y ahí ellos supieron que HUARAPA ya no era solo un emprendimiento sino que era su vida.
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