El lago Hillier es un lago situado en la isla Middle, la mayor isla del archipiélago de La Recherche, Australia Occidental (Australia).
El color rosado del lago es permanente y no cambia cuando se vierte el agua en un recipiente. La longitud del lago es de unos seiscientos metros aproximadamente. El lago está rodeado por un borde de arena y un bosque denso de melaleuca y eucaliptos con una estrecha franja de dunas de arena al norte, cubiertas por vegetación, que lo separa del Océano Antártico.
Se cree que la isla y el lago fueron cartografiados por primera vez por la expedición Flinders en 1802. Se dice que el capitán Flinders contempló el lago rosa después de ascender el pico de la isla. John Thistle, el capitán del buque, recogió agua del lago descubriendo que estaba saturada con sal. Aunque en el caso del lago Hillier el origen de su color rosa no ha sido definitivamente demostrado, se sabe que el color rosa de otros lagos salados de la región surge de un medio de contraste creado por organismos Dunaliella salina y Halobacteria. Otra hipótesis es que el color rosa se debe a bacterias halófilas rojas o algas en las costras de sal.
A pesar de su inusual tonalidad, el lago no presenta efectos adversos conocidos en los seres humanos. Visto desde arriba el lago parece un sólido de color rosa chicle, pero desde la línea de costa se parece más a un tono rosa claro que está en el agua. El litoral está también cubierto por depósitos de costras de sal.
LEYENDA sobre el lago.
En el siglo 17 un barco que iba de paso por la isla Mediana corrió en un temporal muy fuerte que destruyó completamente el barco. De toda la tripulación sobrevivió solamente un marino. Sin embargo, el elemento de la naturaleza lo hirió mucho y le rompió los remos. Para sobrevivir el marino tenía que soportando el dolor fuerte y sufriendo mucho buscando comida para no morir, pero cada día las heridas le dolían aún más. En un momento tras algunas semanas el hombre gritó “¿Cuándo se acabarán estas torturas? ¡Estoy dispuesto a vender el alma al diablo, pero que estas torturas me abandonen para siempre!” Enseguida apareció una persona con dos jarros en las manos. En una había una leche y en otra la sangre. Para librarse del dolor el marino tenía que lavarse con la sangre y para saciar el hambre era necesario beber la leche. Después de hacerlo el marino vio delante de él un lago extraño de color rosado. Entró en el lago y comenzó a bucear. Al mirar a las orillas vio que el desconocido ya se había esfumado. Ya no estaba. Sin embargo el marino ya no sentía el dolor y no tenía hambre.
Poco tiempo después a la isla llegaron los piratas que capturaron al hombre. A los piratas les consternaba el hecho de que el hombre nunca pedía de comer y que los maltratos y torturas soportaba sin decir nada. Cuando los piratas lo notaron tiraron al marino al bordo y se escaparon de la isla asustados por la persona extraña mística.
A propósito, el lago Hillier se traduce como «el Curador». Y de verdad el embalse posee no sólo la atmósfera extraordinaria y la anomalía, sino también las propiedades curativas.
Hoy a la isla llegan numerosos viajeros y turistas que quieren ver este embalse milagroso. El lago Hillier tal vez posee las propiedades curativas pero hoy en día no hay pruebas solo existe la leyenda.
Visualicemos el lago;
LA VIDA ES ROSA¡¡¡
