Erase una vez un anciano cortador de Bambú llamado Taketori no Okina (el anciano de las cosechas de Bambú) que mientras paseaba por el bosque en busca de hermosos tallos de bambú con los que ganar su sustento vio algo brillar a lo lejos.
El anciano empujado por la curiosidad se acercó hasta el fondo del bosque para encontrar un hermoso tallo de bambú hecho enteramente de plata que brillaba con un extraño resplandor.
- Si vendo este tallo en el mercado podré retirarme de esta vida tan cansada para mi avanzada edad y ofrecer a mi esposa una vida un poco mas holgada y tranquila, sin duda lo llevaré conmigo.
Pero cual no fue su sorpresa que nada mas partir en dos el tallo, en su interior aparecio un bebe del tamaño de un dedo pulgar, envuelto en finos ropajes y cuyo cabello brillaba con un extraño fulgor plateado. El anciano tomó a la niña entre sus manos y la llevó a su casa donde el y su esposa la criaron como a su propia hija, puesto que la suerte no les habia concedido ninguna descendencia y decidieron llamarga Kaguya (La de la noche radiante) por sus hermosos y extraños cabellos.
Kaguya creció feliz entre sus padres adoptivos y nunca le faltó nada, puesto que el anciano había descubierto que desde que la niña vivía con ellos cada vez que cortaba un tallo de bambú, encontraba en su interior pepitas de oro. Kaguya creció hasta tomar el amaño de una niña normal y mas tarde el de una muchacha, las mas hermosa de todo el reino. Al principio sus padres intentaron ocultarla de los ojos de los demás, pero su belleza se hizo tan famosa que pronto miles de pretendientes tocaron a su puerta.
Finalmente cinco principes llegaron a la puerta de Taketori no Okina a pedir la mano de su hermosa hija y este dejó la decision en manos de su hija, a la cual queria mucho y no deseaba obligarla a vivir con un hombre que ella no amase.
Kaguya-Hime decicío poner a los cinco hombres a prueba enviandolos a retos imposibles con la esperanza de poder asi elegir entre ellos:
- En primer lugar deseo el cuenco con el cual nuestro señor Buda se dedico a mendigar en sus viajes por la India, en segundo lugar quiero una hermosa rama con joyas de los arboles de la isla de Penglai, como tercera petición quiero el legendario vestido de Rata-fuego de China , el cuarto deseo es que recuperen la joya de mil colores que pende del cuello de un temible dragón y por ultimo deseo la concha de cauri que nació de las golondrinas.
Dictados los deseos de la muchacha todos los principes partieron en sus respectivos viajes.
Tras pasar el tiempo y viendo que la tarea encomendada por esta era imposible, el primer príncipe intento engañarla presentándole un hermoso plato con joyas haciéndole creer que era el cuenco de Buda.
- ¿No seria pues un engaño nuestro amor si intentas comprarlo con engaños? Este no es el cuenco santo de Buda, sino un simple plato adornado, ¿no ves acaso que carece de su luz santa?
El príncipe pues, marchó a su país y mas tarde se retiraron también los dos siguientes, al darse cuenta de que no podrían engañar a Kaguya-Hime con sus imitaciones de los objetos que había pedido.
En cuanto a los principes restantes perecieron intentando encontrar los tesoros que Kaguya habia pedido como prenda de amor.
Impresionado por las historias de estos príncipes el propio Emperador de Japón, Mikado, se interesó por la belleza de la muchacha y partió inmediatamente a comprobar si su leyenda era cierta, y nada mas verla quedo prendada de ella hasta el punto de arrodillarse antes su padre para pedirla en matrimonio.
A pesar de que no se sometió a las mismas pruebas que los otros principes Kaguya lo rechazo con tristeza:
– Aunque no dudo que nuestro amor sería sincero, jamás podría casarme con usted, pues no pertenezco a este lugar, algún día habré de partir y no quisiera verlo sufrir.
A pesar de sus palabras el emperador cada día seguía insistiendo para ablandar el corazón de Kaguya y convertirla en su esposa.
Durante ese verano, cada vez que Kaguya-Hime contemplaba la luna llena, sus ojos se llenaban de lágrimas y aunque sus padres adoptivos se preocupaban e intentaban averiguar cual era su tristeza, ella era incapaz contarles su problema. Poco a poco su carácter se fue ensombreciendo sumiéndose en una profunda tristeza hasta que finalmente se confesó a sus padres:
- Amados padres, hace tiempo recibí a un mensajero que me comunico una amarga noticia, en realidad no pertenezco a este mundo, sino al Reino Celestial, del que fui arrancada de brazos de mi madre para protegerme de una batalla que allí se estaba llevando a cabo. En mi corazón siempre tendréis mi agradecimiento, pero pronto, los mensajeros vendrán a buscarme y a llevarme de vuelta al Reino de la Luna, es por eso que no podía aceptar el matrimonio del emperador y debo despedirme con vosotros con gran pesar.
Tras enterarse de la noticia el Emperador puso a todos sus hombres rodeando la casa de Kaguya-Hime para evitar que vinieran a buscarla los emisarios celestiales, pero una noche, todos los guardias quedaron cegados por una extraña luz que resulto ser el cortejo que venia en busca de la muchacha. Kaguya-Hime lloró amargamente, pero sabiendo que su destino era regresar y dejar a sus seres queridos en la tierra se preocupó de escribir cartas a todos sus amigos para despedirse y regaló a sus padres sus ropas, para que nunca pudieran olvidarla, y al Emperador mandó como regalo un frasco con el elixir de la inmortalidad que traía sus criados, en manos de sus oficiales junto con una hermosa carta de despedida. Seguidamente los criados de la embajada celestial le colocaron sobre los hombros un manto de plumas con el cual olvido la tristeza y el pesar de dejar a sus seres queridos y partieron volando hacia Tsuki-no-Miyakov”la Capital de la Luna”), dejando a sus padres de crianza terrenal en lágrimas.
Tras la marcha de su hija los ancianos enfermaron de tristeza y el Emperador al recibir la carta se sumio tambien en la tristeza y la desesperación.
- Decidme, ¿Cual es la montaña de nuestro pais que mas cerca esta del cielo?- preguntaba sin parar a sus siervos, hasta que una tarde uno de ellos le llevó su respuesta.
- La gran montaña de la provincia de Suruga es el lugar más cercano al cielo, tanto que apenas se puede distinguir entre las nubes.
De inmediato el Emperador escribió una carta y mando a todos sus hombres a la cumbre de aquella montaña, con la intención de que quemasen la carta con la esperanza que su mensaje llegase a su lejana princesa en su reino celestial. También ordenó quemar el frasco del elixir de la inmortalidad, pues no deseaba una inmortalidad en la cual no volvería a verla.
La leyenda dice que la palabra inmortalidad (不死 fushi , o Fuji ) se convirtió en el nombre de la montaña, en monte Fuji o Fuji-yama . También se dice que el kanji de la montaña,富士山(literalmente “Montaña abunda con los guerreros”), se deriva del ejercito del Emperador ascendiendo por la ladera de la montaña para llevar a cabo su orden.
Se cuenta que el humo de la quema de la carta aún se yergue en la actualidad, con la esperanza de que la princesa reciba el mensaje y vuelva a la tierra al recordar a su amado Emperador . (Es una hermosa explicación para el humo volcánico que en la antigüedad podía verse en el monte)