Una gaviota descendió en un suburbio de la capital de Lu.
El marqués de Lu le dio la bienvenida y la festejó en el templo, disponiendo para ella la mejor música y los más importantes sacrificios. Pero el ave estaba aturdida y parecía bien triste, no atreviéndose a tragar un bocado de carne o una sola copa de vino. Al cabo de tres días, murió.
El marqués de Lu agasajó a la gaviota como a él le gustaba ser agasajado y no como a ella le habría gustado.
(Zhuang Zi. Fábulas antiguas de China)
¿Qué es la vida sino un continuo proceso de enseñanza y aprendizaje?