La ciudad se encuentra en la costa del océano Pacífico, justo al sur paralelo 28° norte, el mismo que divide la península de Baja California en dos estados: Baja California y Baja California Sur, México. Se ubica dentro del municipio de Mulegé con el estatuto de Delegación Municipal. Cuenta con un aeropuerto con servicio de vuelos regionales.
La población de Guerrero Negro nació en 1954, cuando un visionario norteamericano de nombre Daniel Ludwig, mismo que construyó el hotel Acapulco Princess en el puerto de Acapulco México, decidió instalar ahí una salina para abastecer la demanda de sal de la costa oeste de los Estados Unidos, siendo Adolfo Ruiz Cortines presidente de México y Agustín Olachea Avilés, Gobernador de Baja California Sur.
La salina se instaló alrededor de la laguna costera Ojo de Liebre aprovechando los salitrales del lugar, sin imaginarse que algún día esta empresa, llamada Exportadora de Sal, S.A., de C.V., se convertiría en la salina más grande del mundo, con una producción de siete millones de toneladas de sal al año, que son exportadas a los principales centros de consumo de la cuenca del Pacífico, destacando Japón, Corea, Estados Unidos, Canadá, Taiwán y Nueva Zelanda.
En 1973, Ludwig vendió la empresa al gobierno mexicano y a la corporación Mitsubishi, en un 51% y 49% respectivamente, dando lugar a una historia de éxito que prevalece hasta la fecha. La empresa se ha distinguido no sólo por su crecimiento y su rentabilidad, sino también por el progreso que han alcanzado sus más de mil empleados, su comunidad y su entorno ecológico, ya que la salina, ubicada en un sitio de extraordinaria belleza, dentro de una reserva de la biosfera, ha sido el pivote del desarrollo de esta región, donde cada temporada invernal se dan cita las ballenas, decenas de especies de aves residentes y migratorias y aventurados turistas procedentes principalmente de los Estados Unidos y Europa.
La historia de Guerrero Negro podría dividirse en tres épocas: la primera la narran los pioneros de la salina, la segunda época es la del auge comercial para cubrir las necesidades de los pioneros trabajadores de salina y sus familias y la tercera más reciente, que nada o poco tiene que ver con la sal, y si con turismo, comercio en general y la pesca (aunque esta en realidad es una historia aparte, ya que el primer habitante de Guerrero Negro, era un pescador).
Para los turistas y visitantes de paso, Guerrero Negro ofrece moteles distinguidos e interesantes (Dunas Motel fue el primer motel del centro de Baja Califormia), empresas de ecoturismo muy reconocidas y algunas tiendas de artesanías y curiosidades. La calle principal ofrece restaurantes, puestos de expendio de tacos y algunas panaderías. Los mariscos aquí son frescos y abundantes, de lo mejor, no puede dejar de ir al restaurante “Mario’s”, que deleita a todos con sus deliciosas especialidades, tales como callo mano de león, langosta, almeja chocolata, pulpo, camarón y pescado, preparados a su estilo muy particular -y en un ambiente rústico especial-. Malarrimo, también es un lugar con tradición.
Sitio de interés para el visitante lo constituyen las salinas (se pueden visitar únicamente con la autorización de la Compañía ESSA), La extracción de sal en la región comenzó a raíz del descubrimiento de depósitos de sal fósil en salitrales naturales constituidos por inmensas zonas de inundación en las partes bajas de las marismas de la Laguna Ojo de Liebre. Estos depósitos o pisos de sal se formaron por la evaporación natural del agua de mar que inundaba terrenos planos e impermeables durante las mareas altas. Durante muchos años se extrajo sal de estos depósitos de manera rudimentaria en seco, llevando la sal en góndolas mineras hasta un embarcadero de madera en el extremo sudeste de la laguna para ser cargados en pequeñas embarcaciones. Aún restan los vestigios de aquella infraestructura.
El proceso de producción de sal utilizado por ESSA (Exportadora de Sal S.A de C.V.) es conocido como «Evaporación Solar de agua de mar», el cual consiste básicamente en dos etapas: Concentración del agua de mar hasta obtener salmuera saturada en cloruro de sodio y seguido de cristalización de cloruro de sodio, que posteriormente se cosecha y lava, todo esto en una planta en Guerrero Negro, Baja California Sur.
En la laguna Guerrero Negro, se localiza «La Isla» creada de manera artificial para hacer el primer puerto para la carga de sal (el actual puerto denominado “El Chaparrito” se localiza en la laguna Ojo de Liebre), y con los años ha ido acumulando enormes cantidades de arena, formando hermosos médanos, en «la Isla» también se encuentra el faro y un área de descanso con una vista increíble secundado por marismas. Hay una noticia latente sobre la planificación de un museo de historia natural y regional en este lugar, que muestre la riqueza de la región presente y pasada.
La región lagunar Ojo de Liebre junto con los estanques de evaporación de la salina, constituye un hábitat de aves considerado como un sitio de importancia internacional dentro de la “red hemisférica occidental de aves playeras”; dentro del poblado de Guerrero Negro se puede visitar un refugio de aves donde los visitantes pueden observar y documentarse sobre las diferentes especies, también se pueden recorrer los esteros y marismas que son el hábitat de diversas especies de aves como el pelícano blanco, el halcón cola roja, la garza blanca y parda, el sarapico y la águila pescadora.
La zona de Guerrero Negro es particularmente atractiva para el ecoturismo, por su ubicación dentro de la Reserva de la Biosfera del Vizcaíno. La Reserva fue decretada el 30 de noviembre de 1988 y es administrada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, tiene una superficie de 2 546 790 hectáreas por lo que constituye el área natural protegida más grande del país y una de las más grandes de Latinoamérica. Pertenece a la red internacional «El Hombre y la Biosfera» MAB-UNESCO desde 1993. En el 2004 las Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre se incorporaron a la lista de sitios RAMSAR de la Convención de Humedales de Importancia Internacional.
Entusiastas de todo el mundo llegan en busca de la experiencia de visitar a la ballena gris en las aguas de la cercana laguna de Ojo de Liebre, donde de diciembre a marzo, se aparean y dan a luz. Al visitar la laguna es posible observar a estos animales contratando un viaje de observación de ballenas. El espectáculo es maravilloso, poder contemplar y sorprenderse con lo hermoso de estos gigantes es una experiencia capaz de revivir nuestra capacidad de asombro.
Observemos el siguiente video sobre la empresa salinera;
Vamos con las ballenas;
Vamos a las dunas
Y ahora las salinas petrificadas;
Mucho por conocer la gran península de BAJA CALIFORNIA.