En algún momento de nuestras vidas, hemos tenido caídas pero las mismas nos han dado la fuerza y la valentía para luchar, persistiendo hasta alcanzar grandes metas
Sin embargo nunca debemos olvidar aquellos tropiezos y fracasos que han sido el motor para impulsarnos a alcanzar objetivos mucho más grandes.
Son esos momentos de prueba e incertidumbre y circunstancias adversas que nos hacen ser mejores personas.
Pues si todo fuera fácil, no tendría ningún sentido la vida, no tendríamos esa experiencia que es nuestro mayor tesoro, la cual la adquirimos justamente en esos momentos de aparente derrota pero por fortuna solo debe ser pasajera.
Así como un metal precioso se funde en el fuego y es probado. Así de valiosas son aquellas luchas incansables que lidiamos día a día para alcanzar nuestros sueños y anhelos más profundos.
Probablemente sueñes con una bonita familia, o sueñes con viajar por el mundo, lograr aquel título que te hará ese gran profesional, o tal vez sueñes con esa ansiada libertad financiera.
Ten por seguro que si persistes con la fuerza y el amor que le pongas a aquello para lo cual fuiste creado, escucha bien; ¡lo lograras!.
El fracaso no puede y jamás podrá contra la persistencia, se un persistente aguerrido y ponle un escudo a tus sueños.
Si tienes sueños grandes y aun no los has logrado, pues esta es tu oportunidad de decidirte y proteger ese gran tesoro que tienes y lucha hasta al final.
Nunca es tarde para comenzar.
No importa la edad que tengas. Solo sé valiente y haz que las cosas pasen, el único riesgo que correrás será que inevitablemente, lograras aquello que anhelas realmente en tu ser.